Los problemas en la sangre siempre son muy negativos. ¿Qué es la leucemia? Una enfermedad de la sangre donde la médula ósea produce glóbulos blancos anómalos que se denominan células de leucemia. Éstas se dividen reproduciéndose a sí mismas, lo que genera una proliferación de células alteradas que no mueren cuando envejecen y terminan desplazando a las células normales. Esta situación termina generando dificultades en el transporte del oxígeno a los tejidos, en la curación de las infecciones o en el control de las hemorragias. La leucemia se considera un cáncer de la sangre.
En la mayoría de los casos diagnosticados no existe una causa identificable ni tampoco un componente hereditario. Ahora bien, sí que se puede decir que hay varios factores de riesgo. El primero y más evidente es haber recibido quimioterapia o radioterapia como tratamiento para otros cánceres. El daño celular que esto puede ocasionar se conoce como leucemia secundaria. Padecer un trastorno genético como el síndrome de Down incrementa las opciones de sufrir esta problemática en la sangre.
La exposición a determinados agentes tóxicos, ya sean ambientales, profesionales o relacionados con hábitos como el tabaquismo, aumenta el riesgo de leucemia. En muy pocos casos suele ser un factor de riesgo la existencia de antecedentes familiares.
Síntomas de la leucemia
¿Qué es la leucemia? ¿Cuáles son sus síntomas? Aunque las señales varían según el tipo de leucemia, puede decirse que hay algunos comunes. En el caso de que se trate de una leucemia mieloide aguda, por norma general suele aparecer cansancio, pérdida de apetito y de peso, fiebre y sudores nocturnos. Si por el contrario nos encontramos ante el tipo mieloide crónica, los signos más evidentes son la debilidad, la sudoración excesiva sin razón aparente y, como en el caso anterior, pérdida de apetito y peso.
Si el tipo es la linfocítica aguda serán normales los mareos, la debilidad, dificultades respiratorias, formación de moratones con enorme facilidad, fiebre y sangrado muy frecuente en nariz y encías. En el caso de que este tipo evolucione a crónica, las señales son muchas de las ya mencionadas más una muy particular, el agrandamiento de los ganglios linfáticos y la sensación de hinchazón estomacal.
El dolor de huesos, la anemia, un descenso en las defensas del cuerpo, la aparición de manchas en la piel y de hemorragias esporádicas son otros síntomas. A mediados del pasado mes de octubre se produjo una buena noticia al desarrollar una nueva vacuna contra la leucemia.
