La pandemia sólo tendrá fin cuando la mayoría de la población tenga anticuerpos frente al coronavirus. Sea por superar la enfermedad de manera natural o por medio de medicamentos. Cada vez nos van siendo familiares Pfizer, Moderna, AstraZeneca o Janssen, pero hay muchas más en camino. Eso sí, no son todas iguales, ni mucho menos. Actualmente hay dos tipos y estas son las diferencias entre las vacunas de ARN mensajero y de adenovirus.
Las campañas de vacunación están en marcha en prácticamente todos los países, aunque cada uno a su ritmo. Retrasos con algunos envíos o por decisiones políticas tras alarmas sociales por contadas trombosis, han hecho dudar de algunas de las vacunas. La más barata, AstraZeneca, es la que más ha estado en el ojo del huracán mediático. Su efectividad es alta, pero ha generado tantas dudas como miedos.
Cada vacuna tiene una particularidad que la diferencia del resto, pero existen dos bases en el origen de cada forma de crearla en el laboratorio. Hablamos de diferentes tecnologías y ambas pueden funcionar de manera más que notable.
Vacunas de adenavirus
Por un lado, la clásica adenovirus es como introducir un coronavirus deformado al paciente, creando anticuerpos que no perjudiquen a quien reciba la dosis. AstraZeneca y Janssen, siendo diferentes entre sí, usan dicha tecnología. Están basadas en vectores víricos que dan instrucciones a las células para que produzcan dicha proteína, activando una respuesta inmune. De esta manera, los linfocitos T y B entran en juego y generan una defensa que puede durar meses, años o toda una vida. AstraZeneca es un adenovirus de chimpancé no replicativo causante de resfriado común, mientras que Janssen es un vector de adenovirus humano tipo 26.
Vacunas de ARN Mensajero
Hablamos de una tecnología más moderna y prometedora. Se lleva años trabajando en ellas, pero no ha sido hasta ahora cuando han tenido la oportunidad de dar el salto. Pfizer y Moderna son las únicas vacunas aprobadas por la EMA hasta el momento que emplean esta técnica, aunque otras como CureVac están en cola.
Las diferencias entre las vacunas de ARN mensajero y de adenovirus residen en que las primeras contienen material genético del virus que provoca la enfermedad en cuestión. Hablamos del ARN, claro. Esto hace que las células reciban instrucciones para producir una proteína que desencadene la respuesta inmune en caso de contagio. Aparecen los linfocitos T y B y se da con una eficacia por encima del 90%, algo a donde no llegan AstraZeneca ni Janssen.
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