El consumo de alcohol durante el embarazo puede causar defectos de nacimiento y discapacidades al bebé, e incluso suponer un aborto. Igualmente pueden dañar el corazón, el cerebro u otros órganos importantes con efectos que durarán toda la vida. Cualquier consumo alcohólico durante el periodo de gestación (o incluso cuando se está intentando quedar encinta) supone un riesgo muy serio.
El alcohol puede afectar al bebé en cualquier etapa del embarazo, incluso antes de que la mujer sepa que lo está. Estos problemas, conocidos como Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF), pueden prevenirse por completo si la mujer no ingiere alcohol durante la gestación.
¿Por qué tanto peligro entre alcohol y embarazo?
El alcohol en la sangre de la madre pasa al feto a través del cordón umbilical. Por ello consumir estas bebidas puede causar aborto espontáneo o provocar las siguientes discapacidades:
Si un bebé nace con alguno de estos trastornos podría tener diferentes características o conductas. Rasgos faciales anormales (surco menos marcado entre la nariz y el labio superior), cabeza de tamaño pequeño, estatura más baja que la media, bajo peso corporal, descoordinación, hiperactividad, dificultades para prestar atención o en la escuela (especialmente en Matemáticas), mala memoria, discapacidad en el aprendizaje, retrasos en el habla y el lenguaje, coeficiente intelectual bajo, dificultad para dormir en su etapa de bebé y problemas de audición, visión, en el corazón, los riñones o los huesos.
En definitiva, nadie te va a prohibir que te tomes una copita de vino durante el tiempo de gestación, pero piensa si de verdad es necesario hacerlo. ¿Hasta qué punto merece la pena probar el alcohol cuando el riesgo para nuestra salud y la de nuestro bebé está en juego? Igual que conducir ebrio supone un riesgo para nosotros y los que nos rodean, debemos mentalizarnos que durante el embarazo hay un bebé a bordo de nuestro cuerpo y de los mencionados peligros de beber alcohol.