Estar tranquilamente realizando cualquier actividad y, de repente, llega un olor muy perceptible pero sin un origen. El aroma, que en la mayoría de las ocasiones suele ser bastante desagradable, aparece de la nada sin una causa justificada. ¿Qué es la fantosmia? Un trastorno en el que se perciben olores que no son reales, una alucinación olfativa que puede indicar un problema de salud. Quienes padecen esta patología hablan de percibir aromas a humo, tostadas quemadas, productos químicos o alimentos podridos. Es probable que esta afección la sufran mujeres embarazadas.
Las personas que tienen fantosmia son conscientes de que los estímulos olfativos que perciben no existen. Lógico ya que si miran a su alrededor no hay nada que pueda transmitir esos olores. Sin embargo, sentir estos desagradables aromas puede complicar algo tan sencillo como comer o beber. Este trastorno afecta al 6,5% de los adultos mayores de 40 años, y es dos veces más común en las mujeres que los hombres.
Las causas por las que aparece esta patología no están claras. Podrían estar relacionadas con las células hiperactivas que no detectan correctamente los olores en la nariz, o tal vez con un mal funcionamiento de la parte del cerebro que procesa los estímulos olfativos. Uno de los factores de riesgo de este trastorno es tener una salud general deficiente o un nivel socioeconómico bajo. Esto último se debe a que estas personas suelen estar más expuestas a la contaminación.
Genera otros problemas
¿Qué es la fantosmia? Una afección que puede llegar a generar otros problemas de salud en quienes la padecen. Imposibilitados para eliminar ese aroma imaginario, las personas sufren irritación, ansiedad y desesperación que, si se repiten, pueden derivar en una depresión. Los expertos aconsejan acudir al médico en caso de persistir estos aromas antes de que derive en una enfermedad mucho más grave.
Un estudio sueco reveló que el 14,3% de las embarazadas percibe este olor fantasma. Y no les huele precisamente a rosas. El 61% de las gestantes notó olor a podrido, un 28% a moho, un 17% una fragancia metálica y otro 17% a quemado. Esto es bastante normal ya que siete de cada diez mujeres encintas percibe de forma muy penetrante todos los aromas.
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