La cara y la cruz en el mismo momento. Esto es lo que ha sucedido en Granada donde los médicos salvan el bebé de una joven fallecida por Covid-19. Sin duda un momento duro para los sanitarios del Hospital San Cecilio. La mujer, de tan solo 29 años de edad, murió en la UCI después de que, mediante una cesárea de urgencia, trajeran al mundo a la recién nacida. La fémina entro en una parada cardiorrespiratoria de la que ya no pudo salir.
La paciente, según informe ‘El Español’, llevaba ya un tiempo ingresada y, además, tenía patologías previas que han terminado por ser determinantes. Vivía con su pareja y su hija de tres años. Según parece, se contagió cuando estaba en la trigésima semana de gestación. Ante la imposibilidad de salvarle la vida, los médicos optaron por salvar la de la neonata. La recién nacida presentaba hipoxia y tuvo que ser intubada antes de ingresar en la UCI Pediátrica de Neonatos. La pequeña, que nació con siete meses, sigue ingresada aunque se encuentra bien.
El hecho de no haber podido salvar la vida de la mujer ha supuesto un palo muy duro para la moral de la plantilla del hospital granadino. Llevan casi un año luchando a brazo partido contra la pandemia y han vivido muchas cosas, pero ver como una joven de menos de 30 años deja una niña de 3 años y otra de siete meses ha sido un jarro de agua fría.
Más contagios en embarazadas
Los médicos salvan el bebé de una joven fallecida por Covid-19. No es habitual que fallezcan las mujeres gestantes, pero sí es cierto que durante la segunda ola se está produciendo un incremento de los contagios de coronavirus entre las embarazadas. Sobre todo en comparación con la primera oleada de infecciones.
Un estudio reciente reveló que las féminas en estado de buena esperanza tienen muchas más opciones de sufrir cuadros severos de Covid-19. En el caso de Granada se ha juntado también una patología previa. Una mezcla que ha resultado letal.
