¿Notas ardor, hormigueo, picor o dolor en la lengua y/u otras zonas de la boca? Muchas personas padecen el síndrome de la boca caliente sin ser conscientes de ello ni saber qué es exactamente.
Existen muchos tipos de molestias o dolores en la boca, siendo quizá el de una muela muy infectada el más intenso, pero hay otras patologías. El síndrome de la boca caliente generalmente afecta a la lengua, pero como decimos, el paladar o el interior de las mejillas lo pueden sufrir, todo ello sin mostrar ningún aspecto que lo identifique. Precisamente esto evita un diagnóstico rápido y eficaz. Las causas pueden ser patológicas (enfermedades), psicológicas o mecánicas (dentales). Si no se es capaz de identificar en ninguna de estas opciones, se tiende a marcar como: estomatodinia.
Un diagnóstico acertado es fundamental a la hora de definir el tratamiento dirigido a aliviar los síntomas, ya que éste variará en función de cuál sea la causa. Y es que no existen medicamentos ni otros tipos de terapia de acción estrictamente sintomática. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones se necesita tiempo para que desaparezcan las molestias orales causadas por el síndrome de la boca ardiente y que el estrés psíquico puede contribuir a exacerbar los síntomas o a ralentizar el proceso de curación. Imagina ese intenso dolor de muelas sin poder visitar al dentista ni tomar ningún medicamento para aliviarlo.
Causas del síndrome de la boca caliente
Si acudes al odontólogo con dichas molestas sensaciones, lo primero que éste hará es buscar si existen lesiones visibles (llagas, inflamaciones, problemas dentales, gingivitis, etc…). Asimismo, en caso de que no se identifiquen afecciones que las justifiquen, deberá indagar acerca de la existencia de otros síntomas. En este sentido, te preguntará por hábitos como el tabaquismo o posibles enfermedades previas o familiares y si considera que padeces el síndrome de boca caliente, procederá a encontrar y atajar sus causas, que pueden ser: Anemia, déficit vitamínico, infecciones, reflujo gástrico, diabetes tipo 2, alergias alimentarias, estrés…
