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Los linfocitos T son la esperanza ante las nuevas cepas

por WebSalud
Los linfocitos T son la esperanza ante las nuevas cepas
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La brutal irrupción de las nuevas variantes y la continua aparición de más mutaciones están causando una profunda preocupación. Alguna de ellas, como la británica, ya es la causante de la mayoría de los nuevos contagios en el mundo. El temor a que una o varias de estas modificaciones conviertan al virus en resistente a las vacunas es ya una realidad. En medio de esta tormenta hay un rayo de luz. Los linfocitos T son la esperanza ante las nuevas cepas. Podrían ser la solución perfecta ya que son las células que circulan por la sangre y forman parte de nuestro sistema inmunológico.

La principal misión de estos linfocitos es atacar a los agentes extraños para poder destruir las células infectadas. Este es el motivo por el que la comunidad científica tiene plena confianza en que puedan ofrecer protección frente al coronavirus. El estudio que está realizándose se basa en un aspecto ya demostrado, algunas variantes escapan a la efectividad de los anticuerpos. “Confiamos en que las células T puedan salvarnos. No tenemos los datos, pero podemos tener la esperanza”, ha explicado Daina Graybosch, analista de biotecnología.

Las vacunas que se han desarrollado hasta ahora se han centrado, casi todas, en la creación de anticuerpos. Ahora los expertos también se han apoyado en la función de los linfocitos T para atacar a los patógenos externos. En este contexto hay que explicar que existen dos tipos de células. Por un lado las ‘T killer’ (llamadas asesinas). Estas buscan y destruyen las células infectadas. Por otro lado están las ‘T colaboradoras’, que estimulan la producción de anticuerpos y de las ‘T killer’.

Las nuevas cepas

Estos tipos de células son claves para luchar contra las variantes que están apareciendo. Es por eso que los linfocitos T son la esperanza ante las nuevas cepas. Los estudios recientes ofrecen unos primeros datos. Las células T generadas por aquellas personas que han padecido la enfermedad se dirigen a 15 ó 20 fragmentos de coronavirus. Es más, varían mucho de una persona a otra. Esto confirmaría que una población generaría una gran variedad de células T para acabar con el patógeno.

Con estos datos en la mano, los científicos han recibido una gran noticia. Utilizando la cepa sudafricana, los linfocitos T generados por una vacunación o una infección previa no se dirigen a las regiones que fueron mutadas. Los fundamentos para que estos sean la gran esperanza contra las nuevas cepas de coronavirus se confirman.

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