Una de las grandes preocupaciones de esta pandemia es lo que ya se conoce como Covid-19 persistente. Las secuelas y hasta las complicaciones médicas se prolongan durante meses tras recuperarse. Los motivos por los que esto sucede siguen siendo un auténtico enigma científico. Se han detectado más de 50 efectos persistentes. Los más comunes la fatiga, el dolor de cabeza, un trastorno de atención o la caída del cabello. Sin olvidarse de otros más graves como los ‘dedos Covid’ o brotes de artritis reumatoide. El último estudio arroja algo de luz y demuestra que el coronavirus hace que el cuerpo se ataque a sí mismo de múltiples formas.
Los resultados de este trabajo de la Universidad de Northwestern (Estados Unidos) han sido publicados en la ‘Skeletal Radiology’. Estos confirman por primera vez y mediante imágenes radiológicas los síntomas que causa el Covid-19 prolongado. “Nos hemos dado cuenta que el SARS-CoV-2 puede provocar que el cuerpo se ataque a sí mismo de diferentes maneras». Esto generar «problemas reumatológicos que requieren de un tratamiento de por vida”. Las palabras son de la doctora Swati Deshmukh, principal autora de este estudio.
Para llegar a esta conclusión han utilizado diferentes tipos de imágenes como la resonancia magnética o el ultrasonido. Gracias a ellos, los investigadores pudieron comprobar que el dolor muscular y las articulaciones doloridas son síntomas muy comunes. Es más, ayudan a explicar por qué alguien puede tener estos síntomas prolongados incluso tras superar el Covid-19. Muchos pacientes con trastornos en músculos y huesos relacionados con la infección se recuperan. Sin embargo, “en algunos casos se vuelven más graves y merman su calidad de vida”, ha añadido la experta.
Tratamientos para el Covid-19 persistente
El estudio demuestra que el coronavirus hace que el cuerpo se ataque a sí mismo. Pero a la vez permite buscar un mejor tratamiento para este Covid-19 prolongado. Los reumatólogos o dermatólogos tienen ahora más armas para combatir las secuelas del coronavirus. Gracias a este estudio ahora podrá diferenciarse con más claridad entre los problemas causados directamente por el coronavirus y aquellos que termina generando el propio cuerpo.
