La pandemia sigue creando nuevas enfermedades. La hafefobia, que es el miedo a que la gente te toque, es una de ellas. Otras son el hambre de piel o el síndrome de cara vacía. Las preocupaciones por el desarrollo de esta crisis sanitaria han provocado que muchas personas tengan dificultades para dormir, privándoles del descanso necesario. Esta problemática está tan extendida que los expertos incluso la han bautizado. De aquí nace el problema del coronasomnio o Covid-somnio. Obviamente, está íntimamente relacionado con el estrés en que se ha sumido la vida con motivo del coronavirus.
Varios estudios han revelado datos muy concluyentes sobre este tema. En el Reino Unido, las personas que sufren insomnio han subido de una de cada seis a una de cada cuatro. En China, esta cifra ha pasado del 14 al 20%, en Italia muchos casos se han convertido en crónicos y en Grecia, el 40% de cada persona analizada padecía este trastorno.
Causas del coronasomnio
El problema del coronasomio tiene unas causas muy marcadas. Los meses de distanciamiento social y la incertidumbre, sobre todo en el área laboral, han hecho aumentar las dificultades para dormir. Si este problema persiste puede terminar derivando en patologías graves para la salud como obesidad, depresión, enfermedades cardiovasculares o diabetes. ¿Cuándo saber si existe un problema serio? Las autoridades sanitarias entienden que hay insuficiencia de sueño cuando una persona duerme menos de siete horas. Una situación que, según han demostrado varios estudios, también afecta al trabajo. En concreto, aumentan las posibilidades de cometer errores, a la vez que afecta al estado de ánimo y a la capacidad de reacción.
Para los expertos, si el problema se agrava será necesario recurrir a ayuda externa. En su opinión, es muy difícil romper con los hábitos que se han formado. El tratamiento es uno que, aunque suene raro, mejora lo que se denomina higiene del sueño. Esto, de alguna manera, entrena el cerebro para asociar la cama con el sueño y tratar de evitar sus trastornos.
