Hay fechas donde se come más de lo habitual, como la Navidad. No es ninguna exclusiva. Una comida con amigos o una reunión familiar también pueden dejar comidas copiosas como consecuencia. Después vienen los empachos, los dolores de estómago y esa tremenda pesadez. Aunque lo mejor es lograr evitarlos, a veces es muy complicado. Vamos a ver algunos remedios caseros para un empacho.
Lo primero que hay que hacer es una dieta absoluta, al menos durante unas horas. El estómago todavía no ha terminado de hacer la digestión y volver a ingerir comida no ayudará. Hay que dejarlo descansar. En este periodo sólo se deben beber líquidos, y mucho mejor si es agua o zumo de limón. Sea cual sea la elección, habrá que beber a sorbos muy pequeños para comprobar la tolerancia estomacal que tenemos.
Las infusiones de manzanilla o de anís pueden ayudar a que el estómago vaya mejor o, en su defecto, a que termines vomitando. Esto último suele resultar bastante complicado en la mayoría de las ocasiones, aunque seguramente te hará sentir mejor. En cualquier caso debes reposar y descartar hacer cualquier tipo de ejercicio hasta que te encuentres mejor. Una vez recuperado ya se puede comer, pero habrá que hacerlo muy poco a poco y con alimentos de fácil digestión.
Prevenir un empacho
Los remedios caseros para un empacho los aplicaremos en el caso de no poder prevenir esta situación. Y sí, puede hacerse. Es mejor comer más veces pero en mucha menos cantidad, masticar todo muy despacio y beber mucha agua, sin pasarse. Si vas a tomar más de un plato, es mejor empezar por una sopa o ensalada. Por supuesto, hay que evitar las salsas muy grasas y los postres contundentes. Aunque a todos nos guste, es mejor no acostarse nada más comer. Tomar una infusión digestiva (manzanilla, té verde o diente de león por ejemplo) también ayuda.
Dos últimos consejos. Es mejor quedarse con hambre que saber que el último trozo de lo que sea te ha sobrado. Hay que hacer ejercicio sí, pero no nada más comer, habrá que esperar al menos dos horas. La mejor opción es llevar una dieta equilibrada y huir de los excesos.
