Siempre hemos escuchado las bondades de beber unos dos litros de agua diarios. Es un hecho irrefutable que este líquido ayuda a eliminar toxinas, mejora nuestra memoria y evita los dolores de cabeza. Esto está comprobado, pero cuidado, también los graves problemas de beber mucha agua. El exceso podría conllevar riesgos para la salud mucho más fuertes de lo que pueda imaginarse.
Algunos expertos incluso hablan de que ese tope de los dos litros ya es mucha más agua de la que necesita el cuerpo. El exceso consumo de este líquido, han añadido, puede crear problemas que pueden ser incluso mortales. La obsesión en algunas personas es tal que incluso ya se ha acuñado el término agualcólicos, adictos a beber agua. Sobrepasar los límites recomendados puede tener tres consecuencias muy importantes en la salud.
Envenenamiento por agua
Entre los graves problemas de beber mucha agua está el caso extremo del envenenamiento. Algunos expertos hablan de una mujer de 40 años que murió de intoxicación por agua tras seguir a rajatabla una dieta que aconsejaba beber cuatro litros en dos horas. Se produjo, literalmente, una sobredosis de agua. Al beber tanto en tan poco tiempo, los riñones no pueden eliminar el exceso de líquido con tanta velocidad por lo que la sangre se vuelve más diluida. Esto puede hacer que las células, en especial las del cerebro, se hinchen. Una situación que genera dolores de cabeza y, en los casos graves, hiponatremia o intoxicación por agua que pueden ser mortales.
Beber mucha cantidad de agua, especialmente al final del día, puede crear insomnio. Al dormir, el cerebro libera la hormona antidiurética (HAD). Si se beben tres o cuatro vasos antes de acostarse se frenará la función renal. Este es el motivo por el que nos despertaremos porque tenemos que ir al baño. Una situación que puede terminar por desvelarnos. Finalmente puede aparecer la hiperhidrosis (sudoración extrema). El exceso de hidratación está, casi siempre, vinculado a los problemas del exceso de sudor del cuerpo.
