Los avances de la ciencia siguen produciéndose a pasos agigantados. La Universidad de Vanderbilt (Estados Unidos) ha desarrollado un marcador molecular por el que la saliva predice la obesidad infantil. Una nueva arma para predecir este problema en los más pequeños antes de que el índice de masa corporal (IMC) lo designe como obeso.
Durante el estudio se recopilaron muchas muestras. No en vano participaron más de 600 parejas de padres e hijos en edad preescolar, la mayoría de ellos hispanos, donde los menores estaban en riesgo de obesidad aunque aún no lo eran. A todos ellos se les aplicó un programa que incluía la nutrición y la actividad física. Pese a esto, un 30% de los más pequeños desarrollaron la obesidad. La clave es que los investigadores han logrado determinar que este hecho está relacionado con un gen denominado NRF1.
Este gen puede detectarse con una simple prueba de saliva. Cuando está presente, los niños tienen hasta el triple de posibilidades de terminar siendo obesos. El hallazgo ayuda, y puede que mucho, a luchar con un trastorno que, por desgracia, es cada vez más frecuente. En caso de localizarse permite actuar con mucha más antelación y tratar de corregir este problema incluso antes de que se produzca.
Obesidad de madre a hijo
Los mismos investigadores que han hallado que la saliva predice la obesidad infantil, ya hicieron un estudio anterior. En aquel caso se centraron en la metilación. Esta es una marca epigenética del ácido desoxirribonucleico (ADN) que regula la expresión génica. En este caso, su descubrimiento fue que la metilación en 17 sitios de ADN en la saliva basal de los niños estaba vinculada al IMC de la madre.
Esto sugiere, según recoge ‘La Razón’, que el riesgo de obesidad puede transmitirse de madre a hijo. En el trabajo actual se ha ido evolucionando en esta posibilidad. Un simple detalle, este trastorno suele afectar más a los pobres.
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