Un estudio realizado hace un año demuestra que los niños pobres en España no comen necesariamente menos que los de clase media, sino peor. La obesidad infantil afecta más a los pobres, concretamente al 23%. Por el contrario, este mismo problema alimenticio supone el 11% en aquellas familias con más recursos.
El ‘Estudio Aladino 2019 sobre Alimentación, Actividad Física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España’ ha puesto el dedo en la llaga. Se trata de un análisis descriptivo de las medias antropométricas conseguidas mediante cuestionarios aleatorios entre 16.665 escolares de 276 centros de España. Concretamente, entre niños y niñas de 6 a 9 años.
El sobrepeso afecta al 40% de los escolares de la edad analizada, aunque evidentemente los obesos son menos. [Diferencias entre sobrepeso y obesidad]. Como es lógico, los factores más asociados a la obesidad son los malos hábitos alimenticios y la falta de ejercicio. Aparcamos el balón y la manzana para jugar al FIFA mientras comemos bollería industrial. El estudio ‘Aladino’ también ha detectado otro factor diferencial y es la diferencia según el nivel educativo y socioeconómico de los padres: a mayor cultura y salario de los progenitores, menos obesos son los hijos. Literalmente, la obesidad infantil afecta más del doble a los niños pobres y generalmente es culpa de los padres.
Según los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1.900 millones de personas adultas tienen sobrepeso y 250 millones obesidad. La solución es más sencilla de lo que parece y es que comer bien no es necesariamente caro, pero a veces requiere de un poco más de tiempo por parte de los progenitores. De vez en cuando, dale una manzana en lugar de un bocadillo y no dudes en incentiva el deporte. Su salud te lo agradecerá.
