La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia. Se trata de un trastorno cerebral que afecta gravemente la capacidad de una persona de llevar a cabo sus actividades diarias, así como a la memoria. Estudios recientes han demostrado que las mujeres son más propensas a sufrir esta enfermedad, así como que el cromosoma Y de los hombres está relacionado con ello.
El Alzheimer comienza lentamente y en general afecta a personas a partir de los 60 años, aunque no en exclusiva. El raciocinio, la memoria y el lenguaje suelen verse afectados en primer lugar. Es frecuente que olviden situaciones que acaban de producirse o los nombres de personas con las que tratan de manera frecuente. Pero ojo, esto mismo le puede ocurrir a pacientes con un deterioro cognitivo leve sin necesidad de que padezcan Alzheimer, si bien es algo habitual que termine llegando. Si los síntomas de la demencia son causados por afecciones curables: depresión, alcoholismo, drogadicción, etc… sin duda pueden revertirse.
Los síntomas del Alzheimer tienden a empeorar con el paso del tiempo y no existe una cura para ello a día de hoy. Sin embargo, existen medicamentos que pueden frenar el avance de esta dura enfermedad durante un tiempo.
Las personas que padecen Alzheimer pueden tener dificultades para leer, escribir e incluso hablar con propiedad. Algo tan sencillo como escribir tu nombre, leerlo o simplemente recordarlo puede ser un drama, si bien es posible que en otro momento del día recuperen la lucidez y puedan desarrollar dichas tareas con relativa soltura. Con el tiempo empeora, produciendo incluso episodios agresivos, llenos de ansiedad o llegar al punto de marcharse de casa andando o en coche sin ser consciente de lo que se está haciendo. Cada día hay enfermos de Alzheimer que se pierden al no poder estar siempre vigilados por familiares, amigos o especialistas.
Diagnóstico para detectar el Alzheimer
No existe una única evaluación que determine si una persona padece Alzheimer. Para diagnosticarlo, son necesarias una serie de técnicas médicas exhaustivas entre las que se encuentran:
- Antecedentes médicos detallados, ya que la genética pesa mucho en estos casos.
- Evaluación del estado mental y del humor.
- Examen físico y neurológico.
- Pruebas para descartar otras causas con síntomas similares a los de la demencia. Además de un análisis de sangre, son típicos los estudios de imágenes cerebrales.
