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El ictus, prevención y secuelas

por WebSalud
el ictus, prevención y secuelas
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Algunos lo definen como plaga por el aumento del número de casos, otros lo ven cada vez más normal. Razones no les faltan. Cada seis minutos se produce un nuevo ictus en España. Esta enfermedad representa la segunda causa de muerte y la primera de invalidez en los adultos de los países occidentales. En WebSalud ya vimos cuáles son sus síntomas y sus causas, ahora queremos ayudar a prevenirlo y evitar las secuelas de un ictus.

Esta enfermedad conlleva daño cerebral. Algo que, sin duda, deteriora la autonomía de una persona. Sin embargo, los estudios realizados hasta la fecha apuntan que hasta un 80 por ciento de los accidentes cerebrovasculares pueden prevenirse cambiando los hábitos de vida.

Cinco consejos principales y básicos. Mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio con regularidad, evitar el tabaco, las drogas y reducir el consumo de alcohol y tener controlados regularmente tanto la tensión arterial como el colesterol. Un compendio de aspectos que evitarían la obesidad. Hacer lo contrario puede generar causas para sufrir un ictus.

Las secuelas

No es ninguna tontería. Las secuelas de un ictus pueden ser muy graves y, por desgracia, comunes. La mayoría de las personas que padecen esta enfermedad terminan con problemas serios hasta el punto de que el 40 por ciento de ellos quedan inhabilitados para realizar actividades cotidianas, según recoge un estudio de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Tras un accidente cerebrovascular son numerosas las personas que tienen problemas para encontrar la palabra que quieren decir e incluso para poder hacer frases son sentido. Esta secuela recibe el nombre de afasia. Trabajar en la manera de mejorar la comunicación con ellos mejorará su calidad de vida y evitarán su decepción si no se les entiende. Hay que tener en cuenta que recuperar por completo el habla puede ser un proceso que dure años.

También puede hablar problemas para razonar, cambios en el comportamiento o poca capacidad para discernir. Situaciones que pueden llevar a la imposibilidad para conducir e incluso a una depresión. Igualmente podrían presentarse problemas para realizar actividades tan cotidianas como vestirse o ir al aseo. La ayuda de las personas que rodean a estas personas, la ayuda de los profesionales y un clima de calma son fundamentales para que la recuperación sea la mayor posible, incluso volviendo a trabajar.

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