La irrupción del coronavirus está influyendo en otras enfermedades. El miedo a contagiarse ha hecho aumentar los casos graves de cánceres al evitarse revisiones rutinarias. La atención que requiere la creación de la vacuna y encontrar medicamentos que lo combatan con efectividad ha dejado de lado avances en otras ramas. Y ahora, el Covid-19 hace que una gonorrea resista a los antibióticos, según ha alertado la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Una cepa de esta enfermedad de transmisión sexual, que ya se ha bautizado como supergonorrea, ha mutado por el uso excesivo de medicamentos para frenar el avance del coronavirus. Sobre todo se habla de la azitromicina, empleada fundamentalmente en las primeras fases de lucha contra el virus causante de la pandemia. El citado antibiótico se prescribe para el tratamiento de infecciones respiratorias. Su uso aumentó considerablemente cuando aparecían los primeros síntomas derivados del contagio con el SARS-CoV-2. Este exceso en su utilización parece que ha ayudado a que esta variante de la gonorrea haya mutado, convirtiéndose en resistente a los antibióticos.
Varios riesgos
El Covid-19 hace que una gonorrea resista los antibióticos es un hecho que entraña varios riesgos. Así lo ha advertido la OMS en su portal. La enfermedad de transmisión sexual está causada por una bacteria que se trata “con dos medicamentos, pero ya ha desarrollado resistencia a uno de ellos”. Por lo tanto, “es posible que dentro de poco ya no haya una opción terapéutica para tratar las infecciones por gonorrea multiresistente”, han añadido en su escrito. Otro riesgo tal vez más grave es que si esta cepa mutada de gonorrea no se trata de la forma correcta “podría multiplicar por cinco el riesgo de contagio de VIH”, o dar lugar infecciones oculares graves que lleguen a causar ceguera.
Cómo ya se ha dicho, y la OMS lo corrobora, la pandemia frenó la atención a otro tipo de dolencias. Por eso, desde esta organización creen que en estos meses se han dado casos de gonorreas que no fueron diagnosticadas. Esto aumenta las posibilidades de que haya personas que nunca se enteren de que padecen gonorrea o, lo que todavía sería peor, de que decidan tomar algún fármaco por su cuenta.
