Un simple dolor de garganta o un sarpullido. Dos cosas bastante comunes en los niños que juntas pueden suponer una enfermedad. ¿Qué es la escarlatina? Un grupo de bacterias estreptococos A son las causantes. Estas producen un veneno que es lo que termina causando los sarpullidos.
Es, entre comillas, relativamente fácil contraer esta afección. Las bacterias causantes de la patología viven en la nariz y la garganta, por lo que como en otras muchas enfermedades pueden transmitirse fácilmente a otras personas. Muy importante. No todos los infectados tienen síntomas o están enfermos, pero sí pueden transmitir las bacterias al toser o estornudar a través de gotitas.
Igual que sucede en otras enfermedades contagiosas, las personas pueden infectarse si inhalan esas gotitas, si tocan algo donde hayan caído y luego se llevan la boca a la boca o nariz o, más complicado, si usan el mismo vaso o plato de alguien infectado.
Los síntomas
Los síntomas más comunes de esta enfermedad son la garganta enrojecida y dolorida, la fiebre o lengua roja y con pequeños bultos. La piel de color rojo y con sarpullidos o la inflamación de las glándulas del cuello también son síntomas de poder sufrir escarlatina. Aunque menos habitual, el dolor de cabeza o corporal y los vómitos también pueden aparecer.
¿Qué es la escarlatina? Es una infección leve. Suele costar unos cinco días que las personas expuestas a las bacterias que la generan enfermen. Suelen empezar con fiebre, dolor de garganta y escalofríos. A los dos días de empezar esta patología suelen aparecer los sarpullidos rojos.
La escarlatina puede afectar a cualquier persona, pero hay algunos factores que suben los riesgos. Es más común entre los niños de entre 5 y 15 años, mientras que en los adultos tienen más opciones de sufrirla los padres con hijos en edad escolar o aquellas personas que están en un contacto más frecuente con niños.
