Los brotes de coronavirus siguen asediando España. Más de 27.000 positivos en sólo una semana y las nuevas restricciones impuestas por Sanidad son un ejemplo de la profunda preocupación que existe en el Gobierno. Precisamente desde el Ejecutivo afirman que, pese a todo, la situación no es grave y descartan un nuevo encierro. La otra cara de esta moneda corre a cuenta de los profesionales. Los expertos auguran un nuevo confinamiento en España debido a las tremendas cifras de casos que están dándose.
Y cuidado porque las consecuencias de un segundo encierro podrían ser terribles. No sólo por las consecuencias económicas para muchos negocios de todo el país, sobre todo para la salud mental de numerosísimas personas. Un nuevo confinamiento supondría, otra vez, que únicamente podría salirse de casa para circunstancias de fuerza mayor. Regresarían las videollamadas para comunicarse con los seres queridos y, tal vez, volverían a agotarse de forma incomprensible el papel higiénico en los supermercados.
Dejando ironías a un lado, los psicólogos avisan de que debemos estar preparados para afrontar otro confinamiento, según recoge el área de salud de ‘As’. Carla Morales, psicóloga del Centro de Investigación y Terapia del Comportamiento (ITEC), ha descrito lo que supondría este encierro en la ‘Cadena Ser’. Afectaría de forma muy diferente a cada persona. “No es lo mismo afrontar un confinamiento en lugar agradable y tranquilo que hacerlo en otro que no lo sea, con problemas laborales o económicos, hacerlo con hijos o sin ellos, con compañía o solos”, ha explicado la experta.
Grupos de riesgo
Los expertos auguran un nuevo confinamiento en España y, de producirse, habría algunos sectores de la población que serían claramente grupos de riesgo. Estos son los niños, las personas que viven solas o las que tienen algún tipo de incertidumbre con el trabajo o están desempleadas. Los más pequeños de la casa fueron de los que más sufrieron en marzo y abril. Acostumbrados a no tener límites, las cuatro paredes de las viviendas los frenaron. Ellos fueron los primeros en salir.
Las personas que viven solas, que habían aumentado considerablemente sus niveles de socialización con la nueva normalidad, volverían a ver limitados sus contactos a las videollamadas. En cuanto a los trabajadores, un segundo encierro volvería a condenar a muchos de ellos a volver a un ERTE, con todas las consecuencias que ello conlleva. El único aspecto positivo, si es que lo tiene, es que la mayoría de los españoles ya tiene la experiencia de esta primavera y eso, tal vez, lo haría más llevadero.
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