Cuidar la alimentación es una expresión mucho más amplia que hacer una dieta saludable. No sólo hay que comer bien, es necesario que los productos estén en perfecto estado. ¿Qué es el botulismo y cuáles son sus síntomas? Una enfermedad causada por la bacteria Clostridium botulinum, que puede entrar en el organismo a través de las heridas o de la ingesta de alimentos. Esta infección es muy poco frecuente, pero puede llegar a ser mortal de no tratarse con celeridad.
Esta bacteria produce esporas que están en los alimentos mal conservados o enlatados de manera defectuosa. El problema es que generan una toxina que, al ingerirla, puede desembocar en una intoxicación grave. Es más, los síntomas típicos de esta patología los provoca la misma toxina, y suelen manifestarse entre 12 y 36 horas después de su ingesta. Según los expertos, las principales señales de esta afección son muy variadas. Fatiga intensa, debilidad, vértigo, visión borrosa o sequedad en la boca son algunas. También lo son la dificultad para hablar, los problemas al tragar, vómitos, diarrea, estreñimiento o la inflamación abdominal.
Por si fuera poco, puede generar debilidad en el cuello y los brazos y, además, dañar los músculos respiratorios y los de la parte inferior del cuerpo. Esta patología no presenta fiebre o pérdida de conciencia. En el caso de un bebé, los síntomas más frecuentes para detectar el botulismo son el estreñimiento, el babeo, la dificultad respiratoria o el llanto débil.
Tipos de botulismo
¿Qué es el botulismo? ¿Cuáles son sus tipos? Hay varios bastante bien diferenciados. Primero está el que se debe a la ingesta. Los alimentos que pueden contener esta toxina son las verduras enlatadas, la carne de cerdo o jamón curado y el pescado crudo o ahumado. También la miel, el jarabe de maíz, las patatas al horno cocinadas en papel de aluminio, el zumo de zanahoria o el ajo picado conservado en aceite.
El segundo es el botulismo por heridas. Este tipo es muy poco frecuente, se produce cuando las esporas entran en una herida y pueden reproducirse. Infectarse con la bacteria por inhalación es la tercera forma de contagio. Su aparición es extremadamente rara. Mención especial merece el botulismo en lactantes, que suele afectar a los menores de seis años. Aparece cuando los pequeños ingieren esporas de la bacteria que terminan colonizando el intestino y liberan toxinas.
Síntomas
Esta bacteria produce esporas que están en los alimentos mal conservados o enlatados de manera defectuosa. El problema es que generan una toxina que, al ingerirla, puede desembocar en una intoxicación grave. Es más, los síntomas típicos del botulismo los provoca la misma toxina, y suelen manifestarse entre 12 y 36 horas después de su ingesta. Según los expertos, las principales señales de esta afección son muy variadas. Fatiga intensa, debilidad, vértigo, visión borrosa o sequedad en la boca son algunas. También lo son la dificultad para hablar, los problemas al tragar, vómitos, diarrea, estreñimiento o la inflamación abdominal.
Por si fuera poco, puede generar debilidad en el cuello y los brazos y, además, dañar los músculos respiratorios y los de la parte inferior del cuerpo. Esta patología no presenta fiebre o pérdida de conciencia. En el caso de un bebé, los síntomas más frecuentes para detectar el botulismo son el estreñimiento, el babeo, la dificultad respiratoria o el llanto débil.
Un último dato. La citada bacteria es la misma que se utiliza en la fabricación de bótox, un producto farmacéutico inyectable de uso clínico y cosméticos. Los tratamientos suelen estar bien tolerados pero alguna vez han aparecido efectos secundarios.
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