Hay historias insólitas que merecen ser contadas. Hoy hemos conocido una que ha entrado de lleno al primer puesto de un curioso ranking relacionado con la medicina. Podríamos decir que ha nacido un niño con más de un cuarto de siglo a sus espaldas. ¿Cómo es eso posible? Pues sí, nace un bebé de un embrión congelado hace 27 años.
Una pareja de estadounidenses, Tina y Ben Gibson, quería tener hijos, pero les estaba siendo imposible lograrlo por medios naturales. Decidieron optar por la inseminación artificial hace tres años para, de nuevo, repetir hace nueve meses. En ambos casos, pudo dar a luz con éxito. Lo curioso no es que emplearan ese método de embarazo, sino el hecho de que el primero de ellos pasó 24 años congelados en su etapa como embrión, mientras que su hermana estuvo 27 años esperando su momento.
¿Y qué pasa si te sobra un embrión congelado?
Está claro que, visto lo visto, es posible mantener congelado un embrión indefinidamente. La clave parece ser la manera apropiada de almacenarlo. Generalmente, las empresas dedicadas a esta práctica suelen descartar dichos embriones matándolos antes de donárselos a mujeres que no puedan quedarse embarazadas. Los embriones fertilizados son implantados en el útero de la madre y son una de las alternativas más económicas para parejas con problemas de fertilidad.
El milagro se llama Molly Everette
No siempre se puede conseguir que nazca un bebé de un embrión congelado hace 27 años… ni hace uno necesariamente. No todos los embriones lograrán sobrevivir al proceso de congelación y descongelación, aunque lo normal es que sí. Los Gibson entendieron que querían tener hijos y optaron por ‘adoptar’ un embrión e inseminárselo para darle un futuro. Dicho y hecho, ahora se llama Molly Everette y es una bebé preciosa.
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