En un momento en que vamos a pasar todo el tiempo en casa es muy importante encontrar muchas alternativas de ocio. Una de las más recurrentes son los videojuegos. Sobre todo los más pequeños van a usarlas, pero ojo, un tiempo prudencial. El abuso tiene efectos nocivos, pero en su justa medida los videojuegos de acción producen mejoras cognitivas.
El profesor de psicobiología e investigador del Cognitive NeuroLab de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), Diego Redolar, asegura que todos los beneficios cognitivos encontrados “están ligados a los videojuegos de acción”. Son aquellos que requieren una constante toma de decisiones, algunas de ellas muy rápidas, y que por norma general funcionan a través de un personaje que se mueve.
Son muchas las funciones que se mejoran. Entre ellas está la atención selectiva (centrarse en una tarea concreta), la dividida (varios objetivos a la vez) y la sostenida (tiempo que se permanece concentrado antes de cometer errores). Además se mejora la velocidad a la que se procesa información.
Igualmente se potencia la percepción, lo que nos ayuda a interpretar el mundo que nos rodea. Las mejoras se centran, sobre todo, en la percepción visual. Gracias a lo que se conoce como plasticidad cerebral, todas estas mejoras hacen que, en su conjunto, el mayor beneficiado de todo sea el cerebro.
En su justa medida
Los videojuegos de acción producen todas estas mejoras cognitivas si se usan en su justa medida. Y más en un momento donde con el estado de alarma tenemos que quedarnos en casa y las consolas van a ser un recurso muy habitual para entretener a los más pequeños.
Si nos pasamos de uso es bien sabido que los videojuegos, de acción o no, fomentan el sedentarismo, limitan la socialización de los más pequeños, promueven el déficit de atención y, por si fuera poco, generan adicción. Así que padres, ya sabéis, consolas sí pero que no quite para hacer actividades en familia con los más pequeños.
