Las malas noticias sobre el SARS-CoV-2 siguen amontonándose. La última puede llegar a ser muy grave. Por primera vez detectan el coronavirus vivo fuera de un laboratorio. Cómo no, ha sido en China. En concreto lo han encontrado en paquetes de bacalao congelado importado recibidos en el puerto de Quingdao. El hallazgo supone la confirmación de que este nuevo coronavirus puede sobrevivir durante un largo tiempo en el exterior del empaquetado de productos en condiciones especiales de transporte refrigerado.
Esto, según el Centro de Prevención y Control de Enfermedades de China, podría significar que el coronavirus “usa los productos refrigerados como portadores. La citada circunstancia haría posible la transmisión “transfronteriza y a larga distancia” del virus, según ha publicado el diario Global Times y recoge ‘Antena 3’. Los patógenos supervivientes en las superficies de estos productos congelados podrían infectar a quien entre en contacto con ellos sin usar las debidas protecciones.
Riesgo bajo para los consumidores de bacalao congelado
Pese a que detectan el coronavirus vivo fuera de un laboratorio en paquetes de bacalao congelado, el riesgo para los consumidores es bajo. Hasta el momento no se han detectado contagios del SARS-CoV-2 por la ingesta de alimentos, por lo que las autoridades sanitarias entienden que los peligros son muy pequeños. Ahora bien, el hallazgo sí coloca en una situación de riesgo a los trabajadores de este sector.
Todavía no se ha afirmado de dónde provenía el embalaje infectado, pero el descubrimiento es importante. Yang Zhanqiu, subdirector del Departamento de Biología de Patógenos de la Universidad de Wuhan, tiene claro que el hallazgo “ayuda a avanzar en la investigación sobre la capacidad de supervivencia del virus”. Y no sólo en eso, también sobre “su estructura vital y, posiblemente lo más importante, sobre sus orígenes”, ha explicado el experto.
En opinión del investigador, si la secuencia genética del virus detectado en los embalajes de bacalao coincide con la hallada en humanos, podría añadir al debate la opción de que el virus se origine a través de criaturas acuáticas y no de murciélagos o pangolines como se ha dicho desde el principio.
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