Las fiestas navideñas van a suponer un peligro, una más que probable vía para la propagación del coronavirus. Por mucho que se tomen las medidas de precaución, este virus es muy escurridizo, capaz de colarse por el resquicio de un pequeño descuido. Con un panorama así, esta es la petición de la UE a los Gobiernos. Entre las medidas reclamadas por la Unión Europea destaca una. No es otra que la realización de un confinamiento una semana antes y otra semana después de la Navidad. Con esto se minimizará el impacto de estas fechas tan señaladas.
De no aplicarse alguna limitación, el futuro no pinta halagüeño. El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades ha realizado proyecciones de la evolución de la pandemia y no son esperanzadoras. Si por alguna de aquellas los distintos gobiernos europeos deciden suavizar las restricciones a partir del 7 de diciembre, las hospitalizaciones crecerán, y mucho, la última semana del año. Por eso desde la UE se hace un llamamiento a la prudencia. Y lo dice muy claro. “Cualquier relajación temporal de las reglas sobre reuniones sociales y eventos debe ir acompañada de requisitos estrictos para que la gente se autoconfine tanto antes como después durante algunos días, preferiblemente al menos siete”, según dice su comunicado.
Sin colegios, con teletrabajo
Esta es la petición de la UE a los Gobiernos, la principal pero no la única. Las restricciones planteadas incluyen que los niños no acudan a los colegios y que las empresas potencien el teletrabajo, aquellas que puedan hacerlo claro. La comisaria europea de Sanidad, Stella Kyriakides, ha asegurado que de ninguna de las maneras pretenden “cancelar las navidades”. Ahora bien, ha añadido, “no podemos permitirnos el riesgo de que las celebraciones de Navidad y Año Nuevo se conviertan en eventos supercontagiadores”.
Las peticiones van más allá. Desde la UE piden que las comidas de trabajo de estas fechas, y hasta las celebraciones religiosas, se realicen usando la tecnología, esto es, online. No cabe duda de que la Navidad no será igual que la del año pasado, el coronavirus ha cambiado nuestra forma de vida.
