El verano arranca habitualmente el 21 de junio (puede ser horas antes) en el hemisferio norte. Dentro de esta estación, ¿cuándo es más potente el sol en nuestra piel? ¿En junio, julio, agosto o realmente lo es más en invierno? Aquí te damos la respuesta.
El sol es más dañino para nuestras pieles cuando los rayos inciden de manera más perpendicular sobre nuestra posición en la Tierra. De esta manera, llegaríamos al mes de julio. Cada vez es más normal que adelantemos o retrasemos algunas semanas de nuestras vacaciones de verano, así que los efectos de la potencia del sol sobre nuestra piel dependerán de otros factores.
No es lo mismo empezar a dorar nuestro cuerpo en mayo o junio que hacerlo en julio o agosto, ya que es prudente comenzar a exponernos al sol de manera escalonada, preparando nuestra piel para esas largas jornadas en la playa o piscina. El sol no provoca daño en sí, lo hacen las radiaciones ultravioletas. Concretamente las RUV B son las responsables de las quemaduras, mientras que las RUV A son las que provocan daño crónico como el cáncer de piel.
Cuidado con los reflejos del sol en la piel
Tanto la arena, como el agua o incluso la nieve, son superficies que reflejan muchísimo la luz solar. En este sentido, pueden resultar perjudiciales para nuestra piel si no estamos preparados. La altitud, por supuesto, también influye.
¿Y si está nublado? No te fíes. Si el cielo está totalmente encapotado o estamos en plena tormenta, no hay problema. Otro caso es el clásico día de playa que las nubes cubren el cielo a ratos o bien hay una visible capa que cubre el cielo. En este caso, no debes descuidar tu protección solar, ya que los rayos solares no tienen problema en atravesar las nubes y dañar nuestra piel.
Ahora bien, independientemente de cuándo es más potente el sol en nuestra piel, es innegable que también produce beneficios. Lee: Los 10 beneficios del sol para la salud
