El inicio de la desescalada es el momento en el que, primero los niños, y después los deportistas pueden salir a la calle. También los más mayores. Pero lo que para muchos es sin duda un alivio, para otros no lo es tanto. ¿Qué es el síndrome de la cabaña?. Es el miedo a salir de casa. El punto donde los riesgos superan a las ventajas en la balanza.
Esta patología mental afecta a gente de diferentes edades. Sobre todo a los más mayores, adolescentes, niños pequeños y personas hipocondríacas. Los primeros porque el virus les golpea con más fuerza que a otras franjas de edad. Los más pequeños piensan, porque así se les dejó ver al inicio, que ahí fuera en la calle hay un monstruo terrible.
Los adolescentes son un caso distinto. Sus salidas a la calle han cambiado. Los lugares habituales donde quedaban, los parques, están en la mayoría cerrados. Además hay que mantener la distancia de seguridad y, si no lo cumple, hay más vigilancia que nunca. Las personas hipocondríacas ven riesgos y creen que todo les puede pasar.
Múltiples miedos
¿Qué es el síndrome de la cabaña?. Son múltiples miedos y riesgos ante la nueva normalidad que se avecina. Miedo de abrazar a tus padres o abuelos por aquello de que a lo mejor soy asintomático y les contagio. El pánico a poder infectar a otras personas o infectarse. Unas dolencias que suelen agravarse si a lo largo de estos días se ha sufrido la pérdida de algún ser querido.
Cualquiera de estas conductas puede derivar en algún trastorno como la depresión. Ahora bien, hay gente que no quiere salir de casa porque consideran que su ritmo de vida ha cambiado para bien. Desde personas que consideran espectacular el poder compartir más momentos con su familia, hasta otras que, sin quererlo, encuentran el paréntesis que necesitaban para pensar en ellas mismas. Mientras en España unos salen, otros se han quedado en casa, pero la pandemia sigue cobrándose vidas.
