Ni siquiera en días como los que estamos viviendo estamos exentos de que haya gente que quiera aprovecharse de los demás, sin darse cuenta de que está en juego la vida de todos. En esta época de incertidumbre las cadenas de noticias rápidamente se hacen virales, y la gran mayoría de ellas son bulos. Mentiras que aportan información no oficial. Desde dejar los zapatos fuera de casa hasta la que apunta a que no es necesario ir al médico para nuevas recetas.
Por eso desde el Gobierno, la Guardia Civil, la Policía Nacional y el resto de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado insisten en lo mismo una y otra vez. No hay que dejarse engañar, no debemos hacer caso a todo lo que nos llegue por redes sociales o WhatsApp y, sobre todo, no creer todos esos mensajes de los que desconocemos el origen.
¿Por qué nos creemos los bulos?. En primer lugar porque ahora mismo estamos en un estado de incertidumbre, y esta genera malestar en plena cuarentena. La respuesta automática de la gente es combatir ese malestar tratando de controlar lo que está pasando. Cree que cuanta más información mejor, eso disminuye el malestar y el control ficticio aumenta, han explicado de Norte Psicólogos a Deporte y Vida.
Efectos psicológicos
En segundo lugar por los sesgos cognitivos. Los mismos profesionales añaden que son efectos psicológicos que se producen de manera inconsciente y automática. Estos distorsionan la realidad en lo que se podría denominar una bola de nieve.
Tercero, pero no por ello menos importante, suelen ir acompañados de palabras tremendistas o atrayentes como “información importante”, “cuidado, alerta…”, “los expertos de este país…” y así muchas más.
Y aún así, ¿por qué nos creemos los bulos? Porque apelan a nuestras emociones. Unos buscan odio, otros la solidaridad y otros la empatía y el altruismo. Y en esta época donde nos encontramos en estados emocionales más o menos intensos bajamos nuestra guardia y no contrastamos.
Por todo esto en una situación como la actual es muy importante contrastar información, no creernos todo lo que nos llega pese a que parezca de fuentes fiables y, sobre todo, no darles difusión si no tenemos claro que lo que difundimos es cierto. No dejarse llevar por el pánico y tener una información moderada ayuda a estar mejor en una época como la actual.
