El embarazo suele ser una gran noticia para la mayoría de las mujeres. Si ya has sido madre previamente, son muchas las experiencias que volverás a vivir y estarás más preparada para afrontarlas. Y lo cierto es que no todas son buenas, ni mucho menos. Los cambios físicos aparentes se aprecian de manera evidente, claro, ya que tienes un bebé creciendo semana a semana. Si has llegado a este artículo, quizá sea porque te estás haciendo preguntas más concretas sobre tu embarazo, como qué es la diabetes gestacional.
Entre los muchos cambios que padecen las mujeres que se encuentran encinta, encontramos muchos que no destacan a simple vista. Nuestro cuerpo es una bomba hormonal y, con ello, debemos estar alerta ante situaciones que puedan alterar nuestra salud o la de nuestro bebé. Recuerda que lo que hagas, comas, bebas o incluso sientas, afectará a la vida que llevas en tu interior. No hay que volverse loca con cada detalle, ni mucho menos, pero sí tratar de hacer caso a nuestro médico y a la lógica.
El 12% de las embarazadas padecerán diabetes gestacional. Esto es al menos, lo que afirma la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio. Existe un calendario de citas médicas más o menos estándar durante el embarazo. En este, entre otras muchas cosas que podrás ver pinchando en el link, observamos lo que ocurre entre las semanas 24 y 28. Hablamos de la prueba para medir el nivel de azúcar en sangre. Y esto es más importante de lo que parece, ya que el embarazo, parto o postparto puede disparar los índices hasta el punto de generarte una diabetes temporal. Es trascendente señalar si has tenido abortos previos, si hay antecedentes de diabetes en la familia, resistencia a la insulina o diabetes gestacional en un embarazo anterior.
Riesgos de la diabetes gestacional
Si eres obesa o madre de cierta edad, tendrás más posibilidades de padecer diabetes durante una temporada. No hay que asustarse, pero sí mantener la guardia. Vamos a ponernos en la peor de las situaciones. Estos son los riesgos de la diabetes gestacional si no se trata adecuadamente:
- Excesivo tamaño del bebé.
- Miocardiopatía hipertrófica fetal.
- Problemas respiratorios neonatales.
- Aumenta el riesgo de preeclampsia.
- Complicaciones metabólicas del bebé.
- Polihidramnios.
- Más riesgo de padecer un aborto espontáneo.
