Uno de los principales síntomas del coronavirus es la anosmia. Las estimaciones apuntan a que casi un 90% de los contagiados sintomáticos de Covid-19 han padecido o incluso todavía la sufren, una disfunción del olfato o el gusto. Es importante tratar este trastorno puesto que puede llegar a causar graves problemas. Por este motivo son cada vez más frecuentes las terapias para recuperar el olfato.
La pérdida de este sentido, aunque sea de forma parcial, puede generar situaciones muy desagradables como la percepción de olores desagradables o la distorsión de muchos olores. La carencia del olfato está relacionada de forma directa con la percepción del sabor de los alimentos. Esto se debe a que las partículas volátiles de la comida también estimulan el olfato. Con las nuevas terapias, los pacientes entrenan su olfato y su capacidad cerebral para identificar olores, almacenarlos y poderlos recordar después. Con esto se consigue acelerar la regeneración de las células dañadas.
Este nuevo entrenamiento, al menos para el gran público, es una rutina diaria de dos sesiones, una por la mañana y otra por la tarde. Cada una de ellas durará 10 minutos y se prolongará durante un mínimo de tres meses. La prueba en sí consiste en oler distintos frascos de aceites esenciales con el objetivo de identificar cada uno de los aromas. Los tratamientos se personalizan en función de los resultados, por si procede realizar algún cambio. Hasta el momento parece que los resultados son esperanzadores ya que entre un 30 y un 50% de los pacientes han mejorado sus capacidades olfatorias. Algo que se comprueba con una prueba posterior.
La anosmia
Las terapias para recuperar el olfato cobran cierta relevancia debido a la alta incidencia de la anosmia como síntoma del Covid-19. Oler como corresponde puede llegar a salvar vidas. Ya se ha dado el caso de alguna persona que no se ha enterado de un incendio al no poder ni el gas ni el posterior humo. Las percepciones del olfato y gusto pueden llegar ser muy desagradables, todo sabe a hierro y huele a podrido.
Ya en plena pandemia se utilizó el vinagre de manzana para detectar el Covid-19. Quienes no distinguían un olor tan fuerte eran apartados para realizarles una prueba definitoria.
