Vladímir Putin fue el primero en compartir con el mundo que Rusia había desarrollado la Sputnik V, o lo que es lo mismo, la primera vacuna del mundo contra el Covid-19. Desde la OMS y numerosos organismos internacionales se puso en duda su fiabilidad. También surgieron acusaciones de espionaje industrial. El hecho es que ahora aseguran que la vacuna Sputnik V es segura.
Según los primeros resultados publicados, la vacuna rusa “es segura e induce una respuesta inmune” basándose en una serie de ensayos realizados con 76 adultos menores de 60 años, siendo la mayoría varones jóvenes. De todas formas, todavía está por ver si la Sputnik V es capaz de proteger eficazmente contra el coronavirus.
Hay que recordar que la vacuna de Rusia consiste en aplicar adenovirus del resfriado humano modificados genéticamente. Resulta ser el mismo método, o muy aproximado, al que emplean tanto la vacuna de Johnson & Johnson estadounidense como la vacuna Cansino de China. Incluso la vacuna de Oxford que llegará a España por Navidad emplea el adenovirus de resfriado común, pero de chimpancés ¿Y cuál es la principal diferencia? Pues que la Sputnik V se basa en dos dosis, la primera es la ya descrita y la segunda se inocula tres semanas después con otro adenovirus diferente.
La vacuna Sputnik V, a gran escala
Respecto a los resultados que puede obtener la vacuna rusa, realmente hay que esperar su prueba a gran escala. Y una vez que aseguran que la vacuna Sputnik V es segura al no producir efectos secundarios llamativos y además genera una respuesta inmune a las personas que han superado el Covid-19, está preparada para ser inoculada a parte de la población. El ensayo está en marcha y consiste en vacunar a 40.000 voluntarios de diferentes grupos de riesgo y edades. En resumen, según la Universidad Johns Hopkins, “los ensayos son alentadores… pero pequeños”. Lo que espera el gobierno de Rusia de su vacuna es poder demostrar al mundo su eficacia incuestionable y ello puede tardar.