La segunda ola del coronavirus es ya una realidad, no sólo en España, sino en todo el planeta. Las grandes ciudades del mundo retoman las restricciones ante el rápido avance de la pandemia. Tal vez con más previsión de lo que se ha hecho en España, una de las más castigadas en este momento. Las duras medidas de París contra el coronavirus no pasan desapercibidas. La capital francesa ha entrado en alerta máxima debido al agravamiento de los casos, y se blinda ante el virus, el paso previo al estado de emergencia sanitario. La gran ciudad vuelve a la situación del pasado marzo.
Los bares de la capital tendrán que cerrar por completo hasta el próximo 19 de octubre, mientras que los restaurantes podrán funcionar pero bajo el cumplimiento de un protocolo sanitario muy estricto que se conocerá en unas horas. Las universidades restringirán la asistencia física a sus clases al 50%, a parte de quedar totalmente prohibidas las reuniones de estudiantes, así como otro tipo de eventos festivos, en establecimientos abiertos al público. Tampoco se podrá celebrar nada bajo carpas, al menos, hasta la citada fecha de este mes.
Pabellones deportivos, piscinas, salas de juego y salones de bailes deberán cerrar sus puertas sin excusa. También los gimnasios, aunque en este caso no les pilla de nuevo puesto que ya llevan una semana cerrados a cal y canto. Sigue prohibida la venta de alcohol después de las 10 de la noche, y también las reuniones de más de 10 personas en la vía pública.
También Nueva York
Si las duras medidas de Paris contra el coronavirus son muy estrictas, no lo son menos las de Nueva York. La ciudad estadounidense ha decretado el cierre de los colegios y los bares de nueve barrios que están siendo muy afectados por la pandemia. La propuesta plantea que los restaurantes sólo puedan ofrecer comida para llevar y el servicio a domicilio. Además, prevé cerrar las terrazas y los comedores interiores. Algo que se producirá durante, al menos, 15 días. Si en este periodo baja la incidencia del patógeno, se evaluará la situación para relajar las medidas.
Las decisiones de ambas ciudades son, tal vez, algo más laxas que en Madrid, aunque en ambos casos tienen muchos menos casos que la capital española. Mientras aquí la incidencia acumulada es de 1.000 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días (aunque se matizó a 753), están los 260 de París o los 88 de Nueva York. Una enorme diferencia y diferentes formas de actuar frente a la pandemia. Y la situación todavía puede empeorar puesto que la segunda oleada está en auge.
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