El mundo aún está luchando contra el coronavirus, que ahora se extiende por África y Sudamérica, y otra amenaza ya acecha. Hace unos días se produjo un suceso que ha pasado desapercibido, pero que puede resultar nefasto para el futuro. Un enorme derrame de fuel el Círculo Polar Ártico ha provocado que el hielo se derrita. Y el deshielo amenaza con despertar virus congelados que llevan décadas sepultados como el ántrax o la viruela.
Las autoridades rusas, según informa ‘Telecinco’, decretaron el estado de emergencia federal tras el derrame de 21.000 toneladas de combustible diésel. El suceso se produjo en una central termoeléctrica de Norilsk, en el Círculo Polar Ártico. En medio de una pandemia, los efectos han pasado a un segundo plano. Pero mucho cuidado. El accidente está afectando al permafrost (suelo congelado) que se encuentra en el hemisferio norte. Tiene miles de años y es vital para el futuro.
El permafrost abarca Alaska, Rusia y Canadá. En su interior se calcula que hay 1,7 billones de toneladas de carbono en forma de materia orgánica congelada. Esto es, restos de plantas podridas y animales muertos hace años atrapados en sedimentos con capas de hielo encima. Esto supone una gran cantidad de metano y dióxido de carbono, el doble que la atmósfera de la Tierra. El deshielo hará que todo se caliente con el correspondiente problema para el planeta.
No es lo peor
El deshielo, además del calentamiento, amenaza con despertar virus congelados. La descongelación del permafrost puede suponer un serio problema. En 2016 un niño murió en el extremo norte de Siberia en un brote de ántrax. Según los científicos, el epicentro parecía provenir de los cadáveres de renos infectados hace 70 años pero descubiertos por el derretimiento de este suelo congelado. Liberado de su cárcel de hielo, el patógeno parece haberse pasado a los rebaños de pastoreo.
Los expertos también han advertido que otros patógenos muy peligrosos pueden aflorar. Se trata de las antiguas tumbas de viruela. Con un último caso conocido en 1977, es una de las enfermedades más letales de la historia de la humanidad hasta que una vacuna logró detenerla. Hay que seguir luchando contra el Covid-19, pero no hay que infravalorar este accidente en el Círculo Polar Ártico.
