Las capacidades de los diferentes antivirales siguen creciendo. La vacuna inhalada también impide la transmisión del virus. Esto se suma así a su capacidad para combatir la enfermedad al generar anticuerpos. Su alta eficacia ya ha sido comprobada tanto en ratones como en chimpancés. Un nuevo paso adelante.
Los investigadores de Rocky Mountain Laboratories (Estados Unidos) son los responsables de este importante hallazgo. Durante el trabajo, los expertos administraron una dosis de la ChAd-SARS-CoV-2-S, el nombre de la vacuna, a 12 monos. Después lograron verificar que los chimpancés habían sido capaces de generar anticuerpos contra la enfermedad y también respuestas de células T. Lejos de quedarse ahí, los científicos han demostrado que este viral es capaz de impedir tanto la enfermedad como la transmisión. Esto último es clave ya que es un aspecto que todavía no se ha certificado en las vacunas que ya están administrándose.
Parecida a Pfizer y Moderna
La vacuna inhalada también impide la transmisión del virus. Esta es la gran mejora de un antiviral cuyo desarrollo es muy parecido al de las dosis creadas por Pfizer y BioNTech o Moderna. Es decir, utiliza el denominado ARN mensajero para atacar a la proteína S del virus. A estas alturas ya se conoce que está es la puerta de entrada del patógeno al cuerpo humano. En este estudio, los chimpancés desarrollaron anticuerpos IgG contra la citada proteína a las tres semanas de recibir la vacuna. Un tiempo después, los primates fueron expuestos al virus que produce el coronavirus. El resultado fue que mostraron una carga viral muy inferior los simios que fueron vacunados respecto a los que no lo fueron.
En el caso de que estos resultados fueran igual de concluyentes en humanos, sería una de las claves para acabar con la pandemia. Sería lograr dos objetivos con una misma bala. Por un lado combatir el Covid-19, y por otro evitar la transmisión y, por lo tanto, la propagación del coronavirus.
