Una estación de esquí es un foco de expansión del coronavirus. La elitista Ischgl (Austria) se ha convertido en un punto de propagación del Covid-19 por el norte de Europa, según la cadena CNN. Hasta cuatro continentes tienen positivos registrados que han pasado por esta diminuta localidad de apenas 1.600 habitantes.
La primera alarma saltó el pasado 5 de marzo. Islandia detectó varios casos de contagios en aviones que procedían de Múnich y cuyos pasajeros tenían en común haber estado en la citada estación. Este lugar recibe a unos 500.000 visitantes cada temporada.
Pese a los avisos de las autoridades, la estación estuvo abierta hasta el pasado 14 de marzo. Durante los días hasta el cierre los bares de la estación han seguido abiertos y repletos de gente. La mezcla ideal para la propagación del virus. De hecho está comprobado que muchos de los infectados pasaron por el Kitzloch, uno de los restaurantes más conocidos de la zona. Local que se cerró el 9 de marzo después de que un camarero diera positivo.
Juego habitual
Son varios los medios alemanes los que relatan un juego habitual de estos bares, el ‘beer pong’. Este consiste en poner varios vasos de cerveza en una mesa y tratar de encestar una pelota de ping pong lanzada con la boca en los vasos de los rivales. De vaso en vaso y de boca en boca, un paraíso para el Covid-19.
Son al menos cuatro los continentes que cuentan con casos vinculados a esta zona. Una estación de esquí es un foco de expansión del coronavirus. Noruega, Dinamarca, Islandia y Alemania han rastreado hasta medio millar de contagios vinculados a la pequeña localidad de Ischgl. Todos ellos luchando codo con codo en ensayos clínicos que encuentren un tratamiento eficaz contra esta pandemia.