No es una broma. Ni el coronavirus ni la obesidad mórbida. Un joven chino de la ciudad de Wuhan engordó 100 kilos durante el confinamiento tras no pisar la calle desde el mes de enero. Hay que recordar que en esta localidad es donde se produjo el primer epicentro de la epidemia mundial del Covid-19.
Zhou, así se llama el joven, tiene sólo 26 años. Su obesidad era palpable antes del confinamiento, pero cinco meses después ha roto la báscula al alcanzar los 280 kilos. Los problemas respiratorios y cardíacos le han llevado a ingresar en el Hospital Universitario Central de la propia Wuhan.
Durante estos meses de parón y sedentarismo, es normal que la inmensa mayoría de las personas engorden. La media oscila entre los 4 y los 7 kilos, si bien es cierto que muchas personas, generalmente deportistas voluminosos, han adelgazado considerablemente.
Obesidad y coronavirus
Entre los numerosos factores de riesgo que rodean al coronavirus se encuentra la obesidad. En los pacientes con Covid-19 que se encuentran en las fases más graves, el sistema inmune se descontrola y eso lleva al organismo a un estado inflamatorio severo. Esto conlleva la aparición de coagulaciones y trombos.
El pasado mes de mayo, algunos estudios realizados en China revelaron que de todos los pacientes de UCI había una mortalidad en el 50%, aumentando al 85% entre los pacientes con obesidad. Este dato, en cualquier caso, era mucho menor en España. El hecho de que un joven engordara 100 kilos durante el confinamiento supuso un caso extremo, pero pone el foco en un problema real que afecta a millones de personas en todo el planeta.
Lee también: Diferencias entre sobrepeso y obesidad
