Un hombre marroquí de mediana edad está siendo tratado en Barakaldo (Vizcaya) de una infección de rabia. El contagio se produjo en su país de origen tras ser atacado por un gato durante el mes de agosto, cuando se encontraba de vacaciones en Marruecos. [Un murciélago, posible causante del coronavirus de China]
A su regreso a España, fue atendido por los servicios sanitarios, que lo remitieron al Hospital de Cruces, en la localidad vasca. Las pruebas realizadas en el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III confirmaron que el paciente sufría la rabia.
La rabia es una enfermedad vírica que ataca directamente al sistema nervioso, siendo mortal en prácticamente el 100% de los casos. Si no es tratado a tiempo, el fin suele ser siempre el mismo en caso de que el paciente empiece a desarrollar los síntomas:
- Fiebre no muy alta
- Cambios en el estado de ánimo
- Náuseas y vómitos
- Fotofobia (intolerancia a la luz)
- Babeo
- Convulsiones
La forma más habitual de contraerla es la mordedura de un animal, siendo generalmente perros o gatos infectados, aunque también se da en murciélagos y alguna otra especia. El de incubación puede darse de unos pocos días hasta un año, si bien lo más habitual son unas tres semanas.
La rabia produce unas 60.000 muertes al año en el mundo, casi todas en países en desarrollo donde la enfermedad es todavía endémica, como es el caso de Marruecos, de donde procede el último caso.
La rabia está extinguida en España
El último brote autóctono en España se produjo en Málaga en 1975 y causó la muerte de dos personas. Fue, tras las campañas masivas de vacunación a perros y gatos de los ’60 y ‘70, el último golpe de la temible enfermedad. En 2014, sin embargo, una mujer también de origen marroquí murió en Madrid tras haber contraído la rabia también en su país.
El pronóstico es muy pesimista, pero es prevenible si se recibe asistencia médica adecuada tras la mordedura. Lo primero es limpiar la herida, inyectar inmunoglobulina antirrábica y posteriormente llevar una pauta de vacunas. En cualquier caso, no siempre funciona. En ocasiones, el paciente se cura de la rabia, pero ésta deja graves secuelas.
