El refranero español dice que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Esto puede aplicarse a la voz. Es vital para las relaciones sociales, para estar con la familia y para trabajar. Aquí vamos a ver unos trucos para recuperar la voz tras quedarse afónico y pasar este mal rato lo mejor posible. Pero antes hay que saber qué puede causar la afonía.
Estar afónico significa que las cuerdas vocales se han inflamado o irritado. Esto hace que no puedan vibrar de forma correcta por lo que la voz se distorsiona. En algunos casos hasta el extremo de perderla total (la afonía) o parcialmente (disfonía). ¿Por qué sucede esto? Uno de los principales motivos es forzar demasiado la voz al gritar o hacer un uso excesivo de ella. Una infección en la garganta como consecuencia de, por ejemplo, un resfriado, también puede ocasionar la afonía. Una constante exposición al aire acondicionado, repentinos cambios de temperatura o reacciones alérgicas al polen o polvo también pueden causarla.
¿Cómo recupero la voz?
Los trucos para recuperar la voz tras quedarse afónico no son infalibles. Además, hay que partir de la base de que si la afonía dura muchos días o se produce demasiado a menudo hay que acudir a un especialista. Estas pautas pueden ayudar a reducir la inflamación de las cuerdas vocales. Dejar que reposen es la primera clave. En caso de perder la voz, aunque sea parcialmente, se debe tratar de hablar lo menos posible al menos dos días. Y no sólo eso, susurrar puede llegar a ser peor así que hay que evitarlo, igual que toser o respirar por la boca.
Beber mucha agua es esencial para recuperar la voz. Ahora bien, hay que beberla del tiempo, ni muy fría ni muy caliente. Algo que puede aplicarse también a los alimentos que se consuman mientras se padece afonía. Al ingerir líquidos, sobre todo agua, se mantendrá hidratada la laringe y se evitará la molesta sequedad de garganta.
Por último es muy importante evitar las sustancias irritantes como los alimentos picantes o las bebidas con alcohol o cafeína ya que tienden a deshidratar la garganta. El humo del tabaco tampoco es aconsejable. Hacer gárgaras con agua y un poco de sal (o bicarbonato sódico) ayudará a suavizar las cuerdas vocales. Igual que una infusión de jengibre con un poco de miel, una rodaja de limón y agua no muy caliente.