Las ganas de comer son el peor enemigo de cualquier dieta. A veces es muy complicado resistirse a la comida, especialmente si la ves pasar por delante de ti constantemente, pero con unas pequeñas pautas es posible. Estos son algunos trucos para controlar los ataques de hambre o, como mínimo, poder prevenirlos. Hay que tener en cuenta que, muchas veces, esto no es fácil ya que influyen numerosos factores.
Un primer truco para no comer más de la cuenta es beber agua antes de las comidas. La ingesta de líquido puede dar sensación de saciedad. Tomar un vaso de agua cuando sientes hambre evitar picar entre horas y, por lo tanto, la cantidad de calorías. El segundo es la luz natural. Son varios los estudios que demuestran que una hora más de luz natural al día reduce la necesidad de comer alimentos calóricos. Esta luz eleva la producción de serotonina, lo que a su vez regula el humor y evita que se descontrole el apetito.
Una tercera pauta es complicada de realizar, al menos en verano. Se trata de ingerir platos calientes puesto que este tipo de alimentos envían más señales de saciedad al cerebro, al menos en comparación con las frías. La siguiente seguro que la has escuchado en más de una ocasión. Se trata de la norma de las cinco comidas al día. El estómago se encuentra trabajando casi constantemente.
Masticar bien contra los ataques de hambre
Entre los trucos para controlar los ataques de hambre también hay uno tan conocido como difícil de ejecutar para muchas personas. Hablamos de masticar bien (los expertos recomiendan unas 20 veces) que, además, favorece la digestión. Hay muchos más pero una última pauta es tratar de no servirse porciones demasiado grandes. Aunque ya se haya comido lo suficiente, seguro que se termina acabando lo que haya en el plato y eso ya le sobra al cuerpo. Hay que probar a usar platos más pequeños y cubiertos más grandes. incluso el color influye.
