Las dudas sobre qué hacer con los más de dos millones de personas que habían recibido la primera dosis de AstraZeneca se ha solucionado. Eso sí, con más controversia que apoyos. Sanidad pondrá Pfizer como segunda dosis de AstraZeneca para completar la pauta de vacunación de los menores de 60 años que habían recibido una primera dosis de este último vial. La decisión ha suscitado diferencias con varias autonomías y el rechazo generalizado entre los expertos que ya avisan de que esta pifia será recordada.
La decisión no ha sido fácil. La primera opción era inocular una segunda dosis de AstraZeneca, pero con ello se elevaría el teórico riesgo de trombosis que podrían ser letales. No es que sea habitual, pero sí se han dado casos en menores de 60 años. La segunda opción era no hacer nada y quedarse con la protección, tal vez insuficiente, de una sola dosis de este fármaco. La tercera, por la que finalmente se ha optado, es administrar una segunda dosis de otra vacuna, eligiendo finalmente Pfizer. Algunos expertos ya advirtieron que mezclar vacunas multiplica los riesgos de efectos adversos. Ni eso ha cambiado la decisión.
El Gobierno justifica su decisión en los resultados de CombiVacs, un proyecto contra el que ha cargado el propio doctor Carballo. Los datos obtenidos hablan de que esta es la mejor combinación. Antonio Frías, coordinador de la red de investigación clínica del ISCIII, lo avala. Con esta mezcla “se observó un incremento de anticuerpos neutralizantes de más de siete veces a los 14 días de vacunación y sin efectos secundarios relevantes”, ha explicado.
Los expertos hablan de pifia
Sanidad pondrá Pfizer como segunda dosis de AstraZeneca, una decisión que no ha caído bien entre los expertos en la materia. Uno de ellos es el epidemiólogo Xabier Abad, quien ha cargado contra la decisión en su cuenta de Twitter. “El estudio del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y el Gobierno para intentar validar la pifia de la segunda dosis de Pfizer será recordado mucho tiempo”, según su tuit.
Oriol Mitjà, otro reputado epidemiólogo, en este caso del Hospital Can Ruti, también critica el estudio CombiVacs en el que se basa la decisión. En su opinión, “no responde a la cuestión sobre efectos adversos graves de la combinación”. El microbiólogo Ignacio López Goñi o el investigador de la Universidad de Leicester, Salvador Macip, también han puesto en tela de juicio la decisión. Este último ha señalado que la misma “no tiene ninguna lógica científica”. Una muesca más en esta guerra del coronavirus.
