Este lunes hemos amanecido con la noticia del sétimo anciano que muere por coronavirus en Italia. Se triplican así los fallecidos en 24 horas y también los infectados de los que se tenían constancia este pasado domingo.
Como ocurriera con las primeras víctimas, se trata de ancianos. En este caso de 80, 84 y 88 años, además de otra de avanzada edad que padecía cáncer. Los anteriores casos eran una mujer que también se encontraba en tratamiento oncológico, un hombre de 78 años y otra mujer de 77. En los siete casos puede descartarse que el virus en sí acabara con sus vidas y es que lo que supuso fue un agravamiento de las patologías que ya padecían previamente.
“El número de infectados está aumentando. Estamos a 150 en la región, según los datos que nos han comunicado hace algunos minutos. Esperemos que las medidas que hemos tomado ayuden a frenar el contagio”, explicó el gobernador de la Lombardía, Attilio Fontana. Fontana ha reconocido que nadie podía pensar “que fuese tan agresiva la difusión” del virus Covid-19. Los últimos datos oficiales cifran en más de 200 los casos confirmados de infectados por coronavirus en Italia. Estos datos colocan al país europeo por detrás de China y Corea del Sur en número de infectados, creciendo a gran velocidad.
Hay que recordar que el paciente 0 en Italia no mostraba síntomas de ningún tipo más allá de poder transmitir el coronavirus. Por su parte, el paciente 1 se convirtió en más que transmisor al tener que ser ingresado. A sus 38 años y aparentemente en buena forma, durante los primeros días tras ser contagiado realizó mucha vida social según Corriere della Sera.
Las autoridades siguen en alerta al desconocer todos los pasos de la cadena transmisora, por lo que mantienen a 50.000 personas aisladas. Siendo hasta 11 las localidades de la zona norte de Italia las afectadas y en alerta tras la muerte por coronavirus del séptimo anciano.
El coronavirus paraliza Italia
El Gobierno sigue tomando medidas para frenar la expansión de la enfermedad dentro de sus fronteras. El carnaval de Venecia finiquitó de golpe, así como tomar otras medidas de orden público. Se suspendieron las clases durante una semana y también partidos de fútbol profesional que afectaron a todos los que debían disputarse en las zonas limítrofes. Teatros y cines han corrido la misma suerte y las mascarillas y geles desinfectantes se acaban o se venden a precios desorbitados.