Un dolor de piernas puede ser un indicativo de algo mayor, aunque a simple vista no se vea. ¿Qué son las varices? Es la insuficiencia venosa crónica que se origina por una acumulación anormal de sangre debido a la debilidad en las paredes y válvulas de las venas superficiales. Esta circunstancia hace que las venas se ensanches y dilaten, facilitando que la sangre se acumule con facilidad cuando una persona permanece de pie mucho tiempo.
Esta patología es mucho más frecuente en la mujer. De hecho, lo es hasta cinco veces más que en los hombres. Suele darse en las venas de las piernas, aunque también puede afectar al esófago, a la región anal o a los testículos.
Tres causas aparecen como fundamentales en la aparición de las varices. Primero, siempre que se trate de varices primarias, se debe a las válvulas congénitamente defectuosas. Estas son las responsables de hacer circular la sangre hacia el corazón, su mal funcionamiento hace que la sangre se acumule en la vena y, como consecuencia, esta se hinche. La segunda causa es la tromboflebitis. En este caso son coágulos los que dificultan la circulación. Esta situación puede darse tras prolongados periodos de reposo en cama. Justo por eso se decía que el encierro a causa del coronavirus podía generarlos.
El tercero de los motivos más probable para que aparezcan varices es el embarazo. Las que aparecen durante el periodo de gestación suelen ser secundarias y tienden a desaparecer a las dos o tres semanas después del parto.
Los síntomas de las varices
¿Qué son las varices? ¿Cuáles son sus síntomas? Los más comunes son la pesadez de piernas, la aparición de varices con venas visibles, los edemas, la hinchazón o que se produzca dolor. También son señales la existencia de calambres o la sensación de acorchamiento. En fases más avanzadas de esta patología pueden aparecer úlceras venosas, oscurecimiento de la piel o incluso el sangrado de las más complicadas. No existe ninguna medida efectiva que ayude a prevenir su aparición.
Existen dos tipos de varices. Las primeras, las más frecuentes, son las superficiales. En este caso son de pequeñas y visibles. Las segundas son las tronculares. Estas pueden tener diferentes grados de dilatación y son las varices propiamente dichas.
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