Uno de los momentos clave en el crecimiento de los niños es cuando empiezan a salirle los dientes. Este punto de inflexión suele darse a partir de los seis meses de vida. Es un martirio para ellos y, en muchas ocasiones, una auténtica pesadilla para los padres. El pequeño se vuelve irritable, babea en exceso y suele llorar con más asiduidad. Sus encías están mucho más enrojecidas en un proceso que puede durar unos días o incluso durante todo el proceso de dentición. ¿Qué hago cuando a mi bebé le salen los dientes? Hay muchas formas de aliviar su dolor, aunque darle cariño es la principal.
La medida es utilizar un mordedor infantil. Hay dos tipos. Los primeros son los anatómicos de caucho, que se usan como mordedor normal para que el bebé ejerza presión en las encías al morderlo. Después están los rellenos de agua que al ponerlos en la nevera (nunca en el congelador) se enfrían y reducen la inflamación. Esto es lo que alivia el dolor. Hay que tener en cuenta que el chupete no hace la misma función ya que si el bebé muerde las partes más rígidas puede hacerse daño en las encías.
También se pueden frotar o masajear las encías. La presión alivia la sensación de dolor. Si se opta por esta opción habrá que hacerlo con un dedo bien limpio, con una gasa húmeda o con un cepillo dental de silicona específico para este fin. Si el pequeño ya come alimentos sólidos es posible ofrecerle una zanahoria pelada y fría o pan frío para evitar que los mordisquee. Con esta opción hay que estar vigilando para evitar que se desprenda un trozo con el que pueda atragantarse.
Remedios naturales o medicamentos
¿Qué hago cuando a mi bebé le salen los dientes? Los dos últimos métodos son antagónicos. El primero es recurrir a remedios naturales como la manzanilla, que puede calmar la irritación y ayudar a tranquilizarlo. El extracto de vainilla, el jengibre o el aceite de clavo también son muy válidos. Si ningún otro remedio funciona, la mejor solución es consultar con el pediatra por si se le puede administrar algún medicamento como antiinflamatorios. Un truco más para el cuidado del bebé.
