La tosferina es una enfermedad contagiosa que afecta al aparato respiratorio. El principal síntoma es la tos violenta en zonas donde puede dificultar la respiración. El contagio de la tosferina es directamente de la persona enferma a la sana mediante las gotas de saliva al hablar o toser..
Estamos, según informa la Asociación Española de Pediatría, ante una de las enfermedades infecciosas más contagiosas que afectan, sobre todo, a los lactantes menores de seis meses, a los adolescentes y adultos. El primero de los grupos es el más vulnerable de todos.
Las causas de la tosferina
Esta enfermedad la causa la bacteria Bordetella pertussis. Se trata de patógenos que están exclusivamente en los humanos y que pueden afectar a personas de todas las edades. Y lo más grave. Puede provocar discapacidad permanente en los bebés, e incluso acabar con sus vidas.
El contagio se produce cuando una persona con este virus estornuda o tose. En ese momento pequeñas gotas que contienen la citada bacteria se mueven a través del aire, favoreciendo así la propagación de una persona a otra. Esta enfermedad suele durar, por término medio, unas seis semanas, aunque puede prolongarse hasta las diez.
Los síntomas iniciales de esta afección son muy parecidos a los de un resfriado común. Suelen aparecer una semana después de estar expuesto a la bacteria. El principal, como ya se ha dicho, es la tos. Los arranques de tos pueden generar vómitos y, en un caso extremo, que los pacientes puedan llegar a perder el conocimiento. Debido a las características de estos ataques, los pacientes llegan a conocer sus límites e incluso controlar mejor su respiración en esos momentos de crisis. Mantener la calma es primordial para detener la tos y poder respirar.
Otros síntomas comunes que indican que se padece esta enfermedad son la diarrea y la fiebre leve. Las autoridades sanitarias explican que recibir las vacunas contra esta patología es vital para estar bien prevenido y evitar males mayores. Fundamentalmente cuando es entre los bebés menores de seis meses, la edad más vulnerable a la tosferina. De hecho, hace cuatro años un bebé murió por tosferina en Guadalajara, donde acaba de detectarse un caso en el Colegio Sagrado Corazón.