La meningitis es una enfermedad que, de no controlarse, puede llegar a causar la muerte de las personas afectadas. Conlleva la inflamación del tejido delgado que rodea al cerebro y la médula espinal. La más común de las variedades de meningitis es la viral, que se produce cuando un virus entra en el cuerpo a través de nariz o boca. La bacteriana es más rara, pero también más mortal.
Debes tener mucha precaución con esta enfermedad puesto que, al contrario que otras, esta sí es contagiosa. Basta con que una persona infectada tosa cerca de nosotros para que los virus tengan opciones de entrar en nuestro organismo. Los bebés también pueden padecerla, pero en este caso viene de una infección en la sangre que suelen causar bacterias durante el parto.
Es muy importante controlar las meningitis. Especialmente la bacteriana. Puede generar daños graves como un ataque cerebral con amplias lesiones o sordera, así como dañar gravemente otros órganos del cuerpo. Cualquier persona podría contraer esta patología. Sin embargo, es más común en las personas cuyos sistemas inmunitarios son débiles.
Hay que tener en cuenta que en algunos casos de esta variedad, la bacteria llega hasta las meninges después de un traumatismo craneoencefálico grave o de una infección como una otitis o una sinusitis. Dado que la enfermedad puede agravarse a gran velocidad es importante avisar a los servicios sanitarios con rapidez.
Síntomas
Existen muchos pero hay cuatro que se repiten en todos los casos de meningitis, sea cual sea su tipo. Estos son una fiebre repentina y alta, un fuerte dolor de cabeza, rigidez en el cuello y la presencia de náuseas o vómitos. También hay otros como tener dificultad para concentrarse, convulsiones, somnolencia o sensibilidad a la luz.
Tratar la enfermedad a tiempo puede prevenir de problemas serios en el futuro como ceguera, sordera e incluso la muerte. De hecho, la meningitis meningocócica (infección bacteriana muy grave) es mortal en el 50% de los casos no tratados, según informa la Organización Mundial de la Salud (OMS). No estamos ante ninguna tontería, vacunarse es una buena manera de prevenir esta patología.
