La ayahuasca es una droga ancestral que en los últimos años ha ganado adeptos en occidente, muy lejos de su origen en tierras peruanas. Los expertos sitúan a esta droga psicodélica como una versión más natural de la dietilamida de ácido lisérgico o LSD. Los efectos alucinógenos se producen a causa de la presencia del DMT. Está prohibida en numerosos países, pero en España todavía no.
El negocio es el fin de toda droga y el tratar de enriquecerse a costa de la salud de los que la consumen. El efecto que produce entre los que la prueban varía según la cantidad consumida, así como de la forma en la que se fabrica la bebida. No afecta a todo el mundo por igual, tanto en aspecto físico como mental.
Efectos de la ayahuasca
La ayahuasca es un brebaje psicodélico utilizado por los chamanes para realizar sus rituales en algunas de las etnias del Amazonas. Se ‘vende’ como un camino para obtener la expansión de la conciencia, pero el hecho es que lo único seguro es que produce alucinaciones durante las horas siguientes a la toma. Esto puede ser algo muy peligroso, sobre todo si se padecen alteraciones o enfermedades mentales. Se pueden producir episodios de violencia radical o suicidio, como ocurre con numerosas drogas alternativas. También es habitual el vómito, la sensación de angustia o incluso realizar sus necesidades sin control.
En cualquier caso, existen teorías que la señalan como medicina que puede ayudar a algunos pacientes con alteraciones psicológicas. Hay psicoterapeutas que hacen talleres de ayahuasca porque ven en ella complementos perfectos de las terapias convencionales. También hay supuestos chamanes que realizan retiros espirituales entorno a esta extraña bebida que causa furor. Lo único seguro es que la ayahuasca abre la mente… pero abrir no es curar, e incluso puede ser todo lo contrario.
