Si se siente débil o nota hormigueo en las extremidades tiene que tener cuidado. Podría sufrir una enfermedad rara pero que, en la mayoría de las ocasiones, requiere de hospitalización para recibir tratamiento. ¿Qué es el síndrome Guillain-Barré? Un trastorno poco frecuente en el cual el sistema inmunitario del cuerpo ataca a los nervios. Las sensaciones de hormigueo pueden propagarse rápidamente por todo el cuerpo y, en algunas ocasiones, paralizarlo.
La causa exacta que provoca este síndrome no se conoce. Sin embargo, a menudo una enfermedad infecciosa, como la que genera el virus de la actual pandemia, suele preceder la aparición del Guillain-Barré. Por eso un estudio reciente relaciona esta afección con el coronavirus. Y ojo que recientemente se han certificado algunos casos después de sufrir el virus del Zika.
El hormigueo que precede al síndrome suele comenzar en los pies y las piernas, para después extenderse a la parte superior del cuerpo y a los brazos. A medida que evoluciona esta afección, la debilidad muscular puede evolucionar hacia la parálisis. Algunas de las señales más evidentes de esta enfermedad, además de las citadas, son la incapacidad para caminar o subir escaleras o las dificultades para movimientos faciales tan cotidianos como hablar, masticar o tragar. Los problemas para controlar la vejiga o la función intestinal, una frecuencia cardiaca acelerada, la presión arterial alta o baja y las dificultades para respirar también pueden significar la aparición de este síndrome.
Afecta a los nervios
¿Qué es el síndrome Guillain-Barré? ¿Cómo termina en parálisis? El sistema inmunitario, que por norma general sólo combate los organismos invasores, comienza a atacar a los nervios. En el AIDP (la forma más común de esta afección en los Estados Unidos), la cubierta protectora de los nervios, conocida como vaina de mielina, está dañada. Estas lesiones impiden que los nervios transmitan señales al cerebro, lo que a su vez causa la debilidad, el entumecimiento o la parálisis.
Aunque este síndrome puede afectar a todos los grupos de personas, existen dos factores de riesgo. Ambas relacionadas con el sexo masculino. Ser hombre y, además, adulto joven, incrementa las opciones de padecer esta afección.
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