El mundo entero está pendiente de los planes de vacunación de cada territorio. Sea Pfizer, Moderna, AstraZeneca o cualquier otra, todas muestran factores tanto en común como diferenciales. El fin no es otro que el de acabar con la pandemia de Covid-19 cuanto antes. Las preguntas surgen a diario, tanto sobre una vacuna específica por sus efectos secundarios como sobre ellas en general. Vamos a resolver otra: ¿Pueden vacunarme sobre un tatuaje?
Los motivos para tatuarse son incontables y en España es algo que va a más hasta el punto de que hace un cuarto de siglo no existían centros especializados en toda la península. Ahora, hay en prácticamente todos los barrios. Según ‘Pew Research’, uno de cada cuatro estadounidenses lleva, por lo menos, un tatuaje. En España es mucho menor, pero según informa la Academia Española de Dermatología, uno de cada tres jóvenes de entre los 18 y los 35 años ya han tintado su piel.
Todo puede ser muy bonito sobre el papel e incluso sobre la piel, pero hay que ser conscientes de que pueden causar algunos problemas. Sin ir más lejos, llevar un tatuaje en el cuerpo implica que no puedes ser donante de sangre o médula ósea durante, por lo menos, cuatro meses. Esto es en España, ya que por ejemplo en México debes esperar un año. Sobre la epidural, por ejemplo, no termina de ser 100% fiable realizarla si llevas un tatuaje en la zona lumbar, aunque hay opiniones para todos los gustos.
Problemas de la vacuna sobre un tatuaje
Hay que recordar que la mayoría de los pigmentos empleados en los tatuajes actuales son colorantes sintéticos. Estos pueden liberar aminas aromáticas (derivado del amoniaco) que, en ciertos casos, son relacionados con algunos tipos de cáncer y productos químicos peligrosos como hidrocarburos aromáticos y metales pesados. Entonces, ¿pueden vacunarme sobre un tatuaje? La respuesta general es que sí. Siempre que no haya opción de realizar la inyección de la vacuna en zona no tatuada, claro. Si se puede, debes vacunarte en zona limpia para evitar hipotéticos problemas, muy poco probables y sobre los que existen pocos estudios. No obstante, siempre se debe priorizar la vacunación a los posibles riesgos que conlleve la misma.
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