Es más que evidente que una vez el coronavirus se instala en el cuerpo humano puede terminar causando la muerte. Al llegar a los pulmones puede desatar la conocida tormenta de citoquinas, culpable del fatal desenlace o, en su defecto, del importante agravamiento de los cuadros clínicos. Una vez ahí es difícil de combatir. Por eso la ciencia quiere adelantarse y proteger la nariz para evitar la entrada del virus en el cuerpo. Es la mejor manera, lograr que el patógeno tenga muchos más problemas para entrar en el organismo.
Mucho antes de empezar la guerra contra el SARS-CoV-2, este tiene que acceder al cuerpo. La nariz pasa por ser una de las principales puertas de entrada junto a la boca y los ojos. Con las vacunas ya encaminadas, los esfuerzos de la ciencia se centran ahora en evitar infecciones y mitigar los devastadores efectos de la pandemia. Este es el nuevo caballo de batalla toda vez que parece, al menos en los primeros resultados, que las vacunas están funcionando correctamente.
Espráis y vacuna inhalada
Con el objetivo de proteger la nariz para evitar la entrada del virus están desarrollándose varios proyectos. Los espráis nasales y una vacuna que se inhala forman parte de esta nueva estrategia. El objetivo de estas iniciativas es doble, evitar la transmisión y la infección al mismo tiempo. Parece el enfoque ideal tratándose de un virus respiratorio tan dañino como al que nos enfrentamos. Es importante empezar la inmunización por uno de los lugares por los que el virus puede entrar en el organismo.
Según la información que recoge ‘El País’, ahora mismo ya existen cuatro ensayos clínicos en las primeras fases de estudios en humanos. También hay algunas más todavía en el periodo de ensayos en animales. Una de las soluciones que ya está en España es el aerosol Taffix. Un spray nasal en polvo que bloquea el virus. También está muy próxima una vacuna inhalada en la que las primeras pruebas apuntan a que también impide la transmisión del virus.
