Ser padres es la ilusión de muchas parejas, pero cerca de 800.000 sólo en España tiene dificultades para conseguirlo. Tanto el hombre como la mujer pueden ser la causa de esta circunstancia. Cada sexo tiene sus propios condicionantes y, aunque pueda sonar raro, no siempre es factible que coincidan deseos y realidad. Vamos a ver los problemas de fertilidad más habituales.
En el caso de las mujeres, aunque la mayoría están relacionados con la ovulación, hay varios motivos. Uno de los más evidentes es la edad. Cuanto más tiempo se espera, más dificultades habrá. Los expertos aseguran que a partir de los 35 años las posibilidades empiezan a bajar notablemente y, de los 40 en adelante, son inferiores a un 10%. También es de vital importancia el peso, tanto el excesivo como el insuficiente. Cualquier cosa que se aleje de lo entendido como saludable puede poner en jaque la ovulación.
Los malos hábitos son, como su nombre indica, malos. El alcohol, el tabaco, padecer estrés crónico o llevar una dieta más bien desequilibrada pueden influir muy negativamente en la fertilidad femenina. También será muy negativo padecer algún problema médico como lesiones en las trompas de Falopio, endometriosis o la presencia de miomas.
Infertilidad masculina
Entre los problemas de fertilidad más habituales también encontramos los de la infertilidad masculina. Este se puede deber a diferentes aspectos como una baja producción de esperma o, entre otras, anomalías que impiden la salida del mismo. Igual que sucede con las mujeres, los problemas de salud crónicos y las elecciones del modo de vida pueden contribuir a crear estas dificultades para concebir un bebé.
Además de patologías como infecciones o eyaculación precoz, la pandemia no ha ayudado precisamente. De hecho, quedó demostrado que el coronavirus puede terminar por afectar a la fertilidad masculina.
