Un guiño, un parpadeo, una mueca de la boca o incluso un movimiento de la pierna o el brazo. ¿Qué tienen en común? Pueden ser tics. ¿Por qué aparecen los tics? Suelen presentarse en situaciones de nervios o estrés y desaparecen cuando estas pasan. Los tics son contracciones involuntarias y reiteradas de un grupo de músculos voluntarios. Por lo general se producen en cualquier parte de la cara, aunque también a otras partes del cuerpo como el cuello, los brazos o las piernas.
Los tics también pueden ser vocales. Por ejemplo tararear, emitir un gruñido o decir palabras sueltas elevando el tono de voz. En la mayoría de las veces se trata de un único movimiento repetido, pero también hay algunos que son más graves. Incluso conllevan una acción concreta como arrancarse el pelo, arañar o masticar. La situación más habitual es que estos tics aparezcan durante la infancia y que terminen desapareciendo solos. Evitar bebidas y otros productos estimulantes como la cafeína, el tabaco o las drogas ayudará a controlarlos en situaciones de estrés.
Tics crónicos
¿Por qué aparecen los tics? ¿Pueden agravarse? Sin duda sí. De hecho, es un problema cuando los tics se multiplican, se hacen mucho más visibles y se hacen crónicos. Esto sí puede afectar a la calidad de vida de quien los padece, que es posible que trate de aislarse de la sociedad debido a los complejos que le genera. Es importante consultar a un neurólogo para comprobar que no se trate del síndrome de Tourette, conocido como la enfermedad de los tics.
Esta enfermedad no es ninguna broma, puede llegar a ser altamente incapacitante y afectar seriamente a la calidad de vida de quien la sufre. Si los tratamientos farmacológicos no funcionan, existe la opción quirúrgica. Esta consiste en instalar una especie de electrodos en el cerebro para controlar los tics.