A lo largo de los últimos años se han realizado muchos estudios sobre cómo podría aparecer una de las peores enfermedades del mundo. Los trabajos más recientes hablan de que el origen del Alzheimer podría estar en la boca. Esto es, no sólo sería una patología sino que procedería de una infección. Una hipótesis que surge tras los fracasos de los tratamientos para reducir la problemática que esta enfermedad genera en el cerebro.
La teoría más reciente habla de que el Alzheimer derivaría de una infección crónica que, a largo plazo, termine dañando el cerebro. Sin duda esta hipótesis encaja con las alteraciones que aparecen incluso dos décadas antes de que los síntomas empiecen a ser evidentes. Entre las opciones, la boca se atisba como el foco más probable de estas infecciones. Ya en 2019, un equipo de investigación de la Universidad de Louisville relacionó esta patología con la periodontitis crónica. Los científicos detectaron también enzimas tóxicas, llamadas gingipainas, que causaban lesiones en el cerebro parecidas a las del Alzheimer.
Riesgos de demencias
El origen del Alzheimer podría estar en la boca, una hipótesis cuya base se remonta una década en el tiempo. Los estudios epidemiológicos de esa época evidenciaron que las personas que sufren periodontitis crónica tienen más riesgo de demencias. Pese a que no existían datos concretos, ya se atisbó la relación entre una posible infección y el Alzheimer. La posibilidad de que esto pueda hacer más previsible la detección de la enfermedad es, de momento, una hipótesis sin fundamento.
Hay que recordar que una mala salud bucodental puede tener muchas consecuencias. Sin embargo, también el estatus socioeconómico y el nivel educativo pueden influir en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas. Igualmente, no padecer periodontitis crónica no es sinónimo de desarrollar Alzheimer. Sigue quedando un largo camino por recorrer en este ámbito.